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Bebidas para ir calentando los motores navideños

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Con la llegada de esta temporada y con los fríos acechándonos, las bebidas calientes se vuelven indispensables para hacerle frente a las bajas temperaturas

Bienvenidos amantes de la gastronomíaCon la llegada de esta temporada y con los fríos acechándonos, las bebidas calientes se vuelven indispensables para hacerle frente a las bajas temperaturas. Por eso hoy les invito a conocer algunas de las más icónicas bebidas de la época navideña, entre las que hay aportes de nuestra grandiosa gastronomía mexicana.

Y ¿cómo no empezar por el chocolate caliente?, mejor aún si es de metate; Oaxaca es un gran productor de este tipo de chocolate, que se caracteriza por no tener ningún ingrediente artificial como colorantes o saborizantes, mucho menos grasa vegetal, ni conservadores; es un chocolate artesanal hecho a mano.

Para elaborar el tradicional chocolate caliente se requiere de leche, vainilla y canela, las cuales se ponen a hervir, y una vez que esto sucede, dependiendo de la cantidad de leche, se le agregan las tabletas de chocolate de metate; esperamos a que el chocolate se disuelva, y entonces se baja el fuego.

Se procede a retirar la raja de canela, y la vaina de vainilla, y entonces llegamos a la parte más icónica de la elaboración: durante 10 minutos y de manera constante, batiremos el líquido con un molinillo de madera, hasta que “suba” la espuma, y se sirve de inmediato.

Esta bebida es totalmente de estas tierras, gracias a los granos de cacao, también conocido en náhuatl como xocolatl. Si le queremos dar un “tuist” interesante a esta ya muy clásica bebida, agregue chile ancho o guajillo, y verá lo espectacular de una bebida caliente y picante al mismo tiempo.

Otro gran clásico de nuestra muy variada cocina es el tradicional ponche navideño. Aunque algunos ubican su origen primigenio en Persia, a nosotros nos llega con la llegada de los europeos a América, y a partir de ahí nosotros lo “mexicanizamos”.

En la Nueva España formó parte de la evangelización, al ofrecerse al final de “las pastorelas”; esta especie de representación teatral se llevaba a cabo en el atrio de la iglesia, donde se representa a la Virgen María, a San José, los pastores, diablos que representan los pecados capitales y ángeles comandados por el arcángel San Miguel.

El ponche se sigue elaborando con flores de jamaica, tamarindo, canela y piloncillo como endulzante. Todo se hierve y posteriormente se le agregan las guayabas, tejocotes, manzana, caña de azúcar y ciruela pasa. Se sirve caliente, mejor si es en jarritos de barro, y puede ser al natural o “con piquete”, que en la mayoría de los casos suele agregarse un chorrito de ron al ponche que beberán los adultos.

Y sí, no nada más se agrega el líquido, sino que también se sirve junto con las frutas que ya hirvieron en el ponche. Hoy es frecuente ver que se vende el ponche afuera de las iglesias, y es una bebida excelente para acompañar a los tradicionales buñuelos navideños, o incluso los tamales.

Atole de cajeta con un tamal verde
ATOLE DE CAJETA CON UN TAMAL VERDE (@VIAORGANICA / INSTAGRAM)

Por supuesto que no podemos dejar atrás el famoso atole, que significa “aguado”, y proviene del náhuatl “atl” que significa agua, y “tol” que se usa de manera despectiva; el idioma de nuestros antepasados mexicas se caracteriza porque al igual que en el alemán, las palabras se van construyendo, y los originarios de estas tierras le dicen “atolli”.

Esta bebida nace de la cocción del maíz dulce en agua, donde el líquido adquiere una cierta viscosidad, la que se condimentaba con distintas especias, como el cacao, vainilla, canela -por mencionar algunas- y luego se endulzaba con piloncillo, y se preparaba solo con agua.

En la actualidad la bebida se elabora con leche y se puede hacer de muchos sabores diferentes, pasando por los típicos: chocolate, fresa o vainilla, hasta más exóticos como guayaba, cajeta, nuez, piña, zarzamora, mango, coco, canela, pistache, piñón, pera y hasta de cempasúchil.

El atole fue mencionado por Hernán Cortés en sus “Cartas de relación”, y describía la bebida mexica como “energizante”, la cual, según varios historiadores, registraron que no fue una bebida muy popular, y ya me imagino el porqué; no puedo sacar de mi mente la imagen de los españoles literalmente quemándose la boca al darle un buen trago al atole.

Ustedes mis estimados lectores y amantes de la cocina mexicana ¿qué bebidas agregarían a esta lista? Los leo. Bon appétit!

Columna de Cat Soumeillera en SDP Noticias

X: @CSoumeillera

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