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El salario de un millón 275 mil pesos en Netflix

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Netflix no aclara qué nacionalidades son bienvenidas, pero típicamente eso es irrelevante para quien está dispuesto a pagar esas cantidades a cambio de valor o de talento

Dice así: “Este rol puede estar basado en nuestra oficina de Los Gatos o puede estar de forma remota en la costa oeste (zona horaria del Pacífico). Es posible que se requieran algunos viajes a nuestras oficinas si se trata de un lugar remoto”.

Y en otra parte, así: “En Netflix, consideramos detenidamente una amplia gama de factores de compensación (...). Nos basamos en indicadores del mercado para determinar la compensación y consideramos su trabajo, habilidades y experiencia específicos para hacerlo bien”... “El rango general del mercado para roles en esta área de Netflix es típicamente de 300 mil a 900 mil dólares (anuales)”.

Eso equivale a un pago de nómina de hasta un millón 275 mil pesos mensuales a quien obtenga el puesto de Product Manager para su plataforma de Machine Learning (MLP) cuya vacante está abierta en el sitio de la compañía. En el mejor de los casos, claro. En el “peor”, obtendrá el equivalente a 425 mil pesos, ya con todas las compensaciones incluidas.

Son cifras que conforme a las leyes de California, deben transparentarse.

Netflix no aclara qué nacionalidades son bienvenidas, pero típicamente eso es irrelevante para quien está dispuesto a pagar esas cantidades a cambio de valor o de talento.

Lo que Netflix quiere es a alguien que ayude a atraparlos a ustedes, a “definir la visión estratégica” de una plataforma para comprenderlos e impedir que se vayan a Youtube o a TikTok, que también usan IA para seducirlos.

Quien se quede con el puesto trabajará con expertos en inteligencia artificial (IA), lo que supone conocimiento pleno de la ciencia de datos, que es la base de esa práctica. Sin datos no hay IA.

Su meta es garantizar el éxito de las iniciativas que permiten a Netflix competir con Meta (dueña de Facebook) por la atención de la gente, que son personas como las que leen este texto y que de aquí se van a abrir el Instagram. De ahí, a donde los “influencers” digan.

Vaya, el trabajo tendrá su debida dosis de estrés, pero no hay modo de escapar de ese costo biológico a cambio de un salario de cientos de miles de dólares anuales.

El sueldo despertó ayer polémica ante la coyuntura de actores y escritores en huelga, molestos con salarios que empiezan en 30 mil dólares anuales, para los que tienen empleo...

Pero de fondo hay más. La realidad disruptiva que golpeó a hoteles con Airbnb, a taxistas con Uber o a periodistas con Google y que amenaza a Revlon con Oddity, llegó a Hollywood y a los Estudios Chapultepec, a Televisa y a todos los que crean contenido.

La ola de disrupción no para ahí y ayer abordé aquí el asunto. Perdonen ustedes que dé lata con el asunto, pero los banqueros reciben llamadas de alerta desde hace años.

Por más que el Banco de México, la Reserva Federal, y el resto de los bancos centrales diseminan barreras e información para evitar que el público camine hacia las criptomonedas, el bitcoin y el ethereum sobreviven con fuerza. El primero ya vale el triple respecto a su precio previo a la pandemia y 256 por ciento más que hace cinco años. El Ether, 300 por ciento, medido en dólares.

Mi sugerencia es que si cobran nómina en un banco vayan a x.com (antes Twitter) y busquen la palabra Worldcoin. Vean que en una semana, 2 millones 100 mil 112 personas (hasta anoche) accedieron a revelar la imagen de su iris ante algunas cámaras distribuidas por Sam Altman, el creador de ChatGPT, para generar un sistema financiero paralelo basado en blockchain.

Pero hay que volver a Netflix, que paga salarios altos a las funciones en las que encuentra valor y al parecer el valor está en algo llamado “engagement” que en español podríamos sintetizar como “enganchar” o atrapar. Si la empresa no reparte más dinero a los actores en este momento es porque con razón o sin ella, no ven mucho valor en tenerlos conformes.

El hecho de que haya millones de personas subiendo contenido de entretenimiento de manera gratuita a TikTok e Instagram para distraer al público, brinda un argumento poderoso a sus directivos.

¿Qué deben hacer ahora los escritores y los actores, si el público se conforma con eso o con una cartelera virtual medio surtida? El enemigo no son los estudios de cine. La disrupción tecnológica viene por todo.

Columna Parteaguas de Jonathan Ruiz en El Financiero

Foto El Financiero

clh

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