• Puebla

Depresión navideña: Mito o realidad

  • Marco Antonio Landa
Se describe como ese estado de tristeza y melancolía cuando el año llega a su fin

Puebla, Pue.- Te sientes mal, retraído, agobiado, con insomnio, ansiedad, de mal humor, pues tal vez formes parte del número de habitantes que sufren en este fin de año de “depresión navideña” o también llamada “blues navideño” o “depresión blanca”.

La “depresión navideña” se describe como ese estado de tristeza y melancolía cuando el año llega a su fin, es un síndrome no reconocido por los principales manuales de clasificación de las enfermedades mentales. No existen estadísticas oficiales al respecto, pero no quiere decir que no exista.

Hay que darse un momento para considerar el lado oscuro de la temporada. ¿Existe tal cosa como una depresión navideña? Las circunstancias y los datos duros parecen avalar el fenómeno. En principio, la depresión afecta alrededor de 350 millones de personas en el mundo. También se sabe que aparece con mayor frecuencia en las mujeres con una prevalencia de 10.4 por ciento, sobre la masculina, que es de 5.4%.

Pero en varias ocasiones esto va más allá, ya que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atiende a los derechohabientes con “depresión navideña”, puesto que, en algunas ocasiones, estos padecimientos pueden derivar en suicidio.

Es inminente: se acerca el fin de año y con él todo tipo de celebraciones navideñas. En general, se trata de una época de revisión, de hacer ajuste de cuentas, de remembranzas y de compartir las experiencias vividas. También es un tiempo de reflexión y de espiritualidad. Las personas se aproximan, están dispuestas al descanso, a la diversión, a confraternizar.

Pero ¿qué tiene que ver la temporada decembrina con la depresión? Casi no existen cifras oficiales ni estudios serios que hayan buscado, analizado y medido la ‘depresión navideña’ como un fenómeno específico; sin embargo, diversos especialistas aseguran que los casos de depresión aumentan alrededor de un 30% durante el mes de diciembre.

Y no es demasiado difícil imaginarse posibles causas por las que aumentan la tristeza y la ansiedad, cuando el año llega a su fin; por ejemplo: se trata de un ciclo que termina, en previsión de uno que comienza de manera irrevocable. El nuevo y próximo año puede ser todavía incierto, pero el día de hoy ya es origen de inquietudes, así como fuente de todo tipo de incertidumbres ciertas y concretas.

Casi siempre, la depresión de invierno está relacionada con los procesos de cierre de ciclos de vida y término de un año, donde las personas reflexionan sobre sus logros y pérdidas, este padecimiento le puede ocurrir a cualquier persona, pero se deriva con más frecuencia en mujeres.

Es así que la “depresión navideña”, es el síndrome de la profunda tristeza que ataca cada diciembre. Las causas pueden ser variadas, desde el consumismo a la soledad o el recuerdo de un ser querido fallecido. Nuestro cerebro determina si nos convertimos en los reyes de la Navidad o si somos el Grinch.

Dentro de las siete causas principales de la “depresión blanca” están las siguientes:

1.- Tener predisposición genética

2.- Estar expuesto a la soledad

3.- Estar rodeado de publicidad que muestra la unión, la armonía y la paz familiar

4-. Tener problemas económicos

5.- Sufrir la pérdida de seres queridos

6-. Contar con una fuente de pocos ingresos o falta de trabajo

7.- La migración de los padres

Dentro de los síntomas de la “depresión navideña” están el cansancio, apatía, desgano, pérdida de vitalidad, irritabilidad extrema, pensamientos negativos, derrota, pérdida de interés por actividades propias de las festividades, ingesta excesiva de alimentos, dificultad para mantenerse despierto y retraso psicomotor en la velocidad y grado de movimiento del cuerpo.

Dicha depresión debe ser tratada por un psicólogo, un psiquiatra o un especialista en salud mental.

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