Atlixco, Pue.- Después del mediodía de este martes decenas de personas, entre amigos y familiares, caminaron por las calles principales de San Diego El Organal, perteneciente al municipio de Huaquechula, para dirigirse al pequeño panteón local.

Dos ataúdes eran cargados, uno de ellos blanco, a la última morada de Guadencia de 35 años de edad y su hijo Iván de 9 años.

Entre flores y música de banda, como es costumbre en esos lugares, despidieron a quienes fueron asesinados el sábado pasado cuando viajaban en una urban del transporte público en Atlixco.

Al mismo tiempo, a las afueras de la empresa Blachert, donde laboraba de manera aleatoria la mujer, decenas de compañeros colocaron un altar con fotografías y globos para exigir justicia.

En uno de los costados colgaron un moño blanco que se iluminará por la noche en señal de protesta por la “impunidad” de la delincuencia organizada en este municipio.

En tanto, en el sitio donde quedó la unidad del transporte público el sábado pasado, tras el ataque a balazos contra el chofer, los familiares también dejaron veladoras y flores.

De esta manera amigos y familiares dieron el último adiós a dos de las tres víctimas mortales que resultaron en el ataque del pasado sábado.

Foto EIM

agb