San Pedro Cholula, Pue.- En menos de un mes dos iglesias han sido blanco de la delincuencia en el municipio de San Pedro Cholula, con el mismo modus operandi y con objetos hurtados similares, sin que la autoridad haya dado a conocer los hechos.

Se trata de la iglesia de la junta auxiliar Tepalcatepec que la semana pasada fue desvalijada; ahí los ladrones forzaron cerraduras y rompieron barrotes para ingresar, vía el campanario, con lo que lograron sustraer objetos.

No se trata de robos ostentosos pero que sí que afectan la vida interna de las comunidades, por ejemplo, en esta ocasión, desconocidos sustrajeron un cáliz, equipo de sonido y un tanque de gas.

Aprovechando la ausencia de cuidadores, los ladrones tuvieron tiempo para explorar las posibilidades de acceso y violar los pocos mecanismos de seguridad con los que se contaba.

“Yo creo que hasta andan trayendo un chamaquito porque hay huellas de tenis chicos”, dijo un vecino quien confirmó los hechos pero pidió el anonimato.

Según estimaciones, el instrumento litúrgico tendría un costo de 10 mil pesos, en tanto que las bocinas alcanzarían los 15 mil pesos.

Los robos son cosa común en esta demarcación, según abundan sus habitantes; y es que la escuela local ha sido saqueada en dos ocasiones, en las cuales se han llevado equipo de cómputo y aparatos electrónicos.

Para evitar más inseguridad en la iglesia, se inició la construcción de un cuarto para que los sacristanes y “semaneros” puedan pernoctar ahí y de esa forma inhibir la acción de los criminales.

Tiempo atrás, cerca del inmueble religioso fueron colocadas cámaras de videovigilancia sin embargo están inservibles, con un par que está en el interior ocurre lo mismo.

Por lo anterior los pobladores pidieron a las autoridades municipales poner mayor énfasis en la vigilancia de estos inmuebles que tienen alto valor tradicional para sus habitantes.

A principio de mes, en la junta auxiliar de San Juan Tlautla, también fue robado el interior de un templo. Los ladrones también se llevaron equipo de sonido y las limosnas.

De la misma manera aprovecharon la oscuridad de la noche para seguetear las protecciones de metal, entrar al cuarto donde se resguardaban bocinas y otros instrumentos; después en el interior de la parroquia se hicieron de unos mil pesos producto de las limosnas.