Con base en la ley de 1937, el monarca puede ser sustituido en determinadas tareas por su cónyuge y los cuatro primeros adultos en el orden de sucesión al trono
Hoy, no puedo evitar sentir el peso de la Historia que nos rodea y que nos recuerda las tradiciones parlamentarias vitales a las que los miembros de ambas cámaras se dedican con tanto compromiso: Carlos III