Secretarios de juzgados hacen su agosto ante la ausencia de jueces

La repentina “jubilación obligatoria” de 10 jueces, junto con dos juzgados que están acéfalos desde hace poco más de un mes –el de San Martín Texmelucan y Tepeaca–, provocó una fuerte crisis de abusos y corrupción en el Poder Judicial poblano, como consecuencia de que en las últimas semanas algunos de los secretarios encargados de despacho se habrían dedicado a hacer pingües negocios consistentes en “vender la justicia”, es decir en trabar supuestos arreglos con litigantes que representan a acusados de diversos delitoS.

Eso es lo que se comenta insistentemente en el “radio pasillo” del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). Son rumores que seguramente, en algunos casos son falsos, pero otro han de ser muy ciertos, dado el alto grado de corrupción que domina a las instituciones encargadas de procurar y administrar la justicia en México. No en balde está en el centro de la atención pública del país el proyecto de reforma al Poder Judicial promovido por la 4T.

Uno de los problemas de la justicia son los secretarios de los juzgados. Estos funcionarios son quienes dan cuenta a los jueces de todos los procedimientos judiciales que se llevan acabo, así mismo colaboran en la elaboración de decretos, acuerdos y resoluciones.

Algunos secretarios llegan a ser más destacados que los jueces con los que están asignados. Pero la mayoría se destacan por no actualizarse, por no cumplir horarios y por ser los supuestos promotores de actos de corrupción.

Ahora que hay muchos juzgados sin titular, los secretarios ser han quedado como encargados de despacho. Esa situación he generado una crisis interna en el TSJ. Una fuente aparentemente bien informada del Poder Judicial narra lo siguiente:

“… los más beneficiados por la falta de nombramiento de jueces por parte del Consejo de la Judicatura son los secretarios encargados de despacho, que fungen como jueces mientras se hace la designación de los nuevos titulares”.

“Estos cuasi jueces se han tomado muy en serio su papel y están aprovechando el poco tiempo que saben que estarán en funciones para darle vuelo a sus negocios”.

“ Algunos y algunas con toda prepotencia amenazan al personal con correrlos si no son de su equipo, hacen cambios de personal a diestra y siniestra; y se reúnen constantemente con litigantes y partes para platicar de los asuntos y resolverlos antes de que llegue el nuevo juez”.

“En fin, el reclamo popular es que el Consejo de la Judicatura debe hacer visitas extraordinarias a esos secretarios que están actuando en funciones de juez y pedirles cuentas de su extraño actuar, pues su desempeño deja mucho que desear, por la prepotencia, ignorancia, corrupción con que están actuando. El ladrillo al que los subieron les quedó muy grande y todo ello en detrimento de la justicia en Puebla”.

¿Por qué ha tantos juzgados acéfalos?

Hace unos días en este espacio periodístico se comentó de tres situaciones de conflictos graves en el Poder Judicial poblano.

El primero es que, desde hace más de un mes, se cambiaron de adscripción a los jueces de Tepeaca y San Martín Texmelucan, sin que se nombre –hasta la fecha—a los nuevos titulares de esos juzgados.

Lo que deja en estado de abandono, de atraso, a docenas de litigios que se están ventilando en esas instancias que se destacan por estar en zonas de altos índices delictivos y de violencia de todo tipo. Ambas regiones son fuertemente azotadas por el huachicol –robo de combustible—y la ola de asaltos carreteros.

Un segundo conflicto es que, previo a los comicios del 2 de junio, a 10 jueces les llegó un oficio mediante el cual les comunicaron de parte del Consejo de la Judicatura de que se deben jubilar a la fuerza, por tener edades de más de 70 años.

Fue una determinación fulminante, que significó que en horas o días los agraviados se vieron obligados a abandonar sus cargos.

Situación que se ha interpretado –hacia el interior del TSJ– como un movimiento desesperado de las autoridades del Poder Judicial para tener espacios de designación de nuevos jueces, en función de intereses políticos y de tráfico de influencia, y no tanto que se quiera provocar un cambio generacional.

Esa forma de generar una “jubilación forzada” de los jueces es una clara violación a los derechos laborales, que ya desató una ola de juicios de amparo de los agraviados en contra del TSJ, que se supone debería ser un ejemplo de rectitud.

El tercero es que en abril pasado se hizo el primer concurso de oposición para nombrar jueces y han pasado varias semanas en que no avanza ese proceso.

Hay 66 finalistas que pasaron los filtros de ese concurso convocado por el Consejo de la Judicatura, pero no se entiende por qué habiendo juzgados sin titulares no se nombra a los nuevos encargados de entre la lista de los abogados que aprobaron dicha evaluación.

Lo grave de este concurso, cuentan en “radio pasillo” del Poder Judicial es que, de los 66 finalistas del proceso selectivo, se estima que solamente unos 15 realmente prometen ser buenos jueces.

El resto de los finalistas estarían ahí en por ser impulsados por jueces en función o por los magistrados del TSJ que calificaron los exámenes de los aspirantes.

Mañana en este espacio se comentará con nombres y apellidos de quienes son los aspirantes a jueces que les estarían ayudando a quedar como titulares de los juzgados, tengan o no tengan la preparación para desempeñar esa delicada función.

 

clh