Rivera Pérez, puñalada y tibieza

Después del domingo, dos temas tendrán que revisar a fondo, en el sacro equipo de guerra de Eduardo Rivera Pérez.

El primero ¿por qué aquellos medios y cuentas en redes sociales que contrató Mario Riestra Piña, candidato a la alcaldía poblana, fueron utilizadas a su vez para golpear la campaña de Rivera Pérez y del Ayuntamiento de Puebla con su edil Adán Domínguez?

Los principales promotores de Armenta sí, Riestra también, fueron los personeros del abanderado panista.

¿En qué momento Riestra dejó de creer en las opciones de Eduardo Rivera?

¿Por qué vendió la idea que ahora todo se enfocaría hacia salvar la capital y zona metropolitana de Puebla con él a la cabeza?

Eso también se llama traición.

Que el equipo de Eduardo Rivera revise las cuentas en redes que lo atacaban y hallará que son las mismas que alabaron a Riestra.

El segundo tema tampoco tiene desperdicio.

Eduardo Rivera será criticado como el candidato que no quiso o no pudo enfrentar frontalmente a Alejandro Armenta.

Tantos temas en el tintero, pero él se enfocó a atacar al gobierno de Sergio Salomón, cuyo nivel de aprobación está por arriba de cualquier otra autoridad en Puebla.

A Armenta salvo escaramuzas en el debate, no lo confrontó. Antes de ese encuentro, se hallaron en una estación de radio y en lugar de encararlo, no, Lalo prefirió tomarse la foto para medios y redes.

Y de ahí los demás aspirantes a diputaciones federales y locales. Siempre creyeron que eran los punteros y, por eso, tampoco confrontaron a sus adversarios.

Que el seis de seis los redima.

 
 
clh