El PRI, el único obstáculo para que Mario Riestra sea candidato en la capital del estado

El panista Mario Riestra Piña tiene casi todo a su favor para ser candidato a edil de la ciudad de Puebla, lo único que la falta es sortear la oposición del PRI, que ha llevado su caso a la mesa nacional de negociación del Frente Amplio por México (FAM), como parte del malestar que siente el priismo por la manera en que el PAN se quiere apoderar –a la mala– de todas las postulaciones importantes –en el país– que están en juego en el proceso electoral que ya está caminando.

Para que Mario Riestra logre ser aspirante a la alcaldía de la capital poblana tiene que transitar por cuatro aduanas. Tres ya las libró. La cuarta no la ha logrado sortear y en ese obstáculo se podría frustrar su proyecto de llegar a un cargo político de alta relevancia, luego de que en 2018 perdió la contienda por el Senado de la República.

Esas aduanas son las siguientes:

Primera: conseguir el respaldo de los tres partidos del FAM y en donde el PRI no está dispuesto dejar pasar a Riestra, y en general a ningún panista, en la candidatura al gobierno de la ciudad de Puebla.

El fundamento de ese rechazo priista es el egoísmo que está mostrando el PAN en la construcción de las candidaturas opositoras.

“La gota que derramó el vaso” fue el anunció que, la semana anterior, realizó el presidente nacional del PAN, Marko Cortés Mendoza, al determinar que la oposición va a postular candidatos varones en la lucha por las gubernaturas de Puebla, Yucatán, Veracruz y la Ciudad de México (CDMX). Y para cumplir con el modelo de paridad de género en Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco y Chiapas, se va a nominar a mujeres.

Eso generó el inmediato enojo de Alejandro Moreno Cárdenas, el líder nacional del PRI, y de Jesús Zambrano Grijalva, el presidente del PRD, ya que no fueron consultados por Cortés para determinar esa distribución de géneros en los estados en los que habrá renovación de las gubernaturas.

En particular, el PRI sintió que ese movimiento del dirigente albiazul es un intento de concretar dos imposiciones en la Ciudad de México y en Puebla.

Para el caso de la capital del país la intención –que percibieron los priistas— es que Cortés quiere empujar, por la fuerza, a Santiago Taboada, el titular la alcaldía Benito Juárez, para que sea el abanderado a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Mientras que, en el caso de Puebla, se ha decidido de manera unilateral, por parte de la cúpula panista que los candidatos a gobernador del estado y alcalde de la ciudad de Puebla serán el edil Eduardo Rivera Pérez y el diputado federal Mario Riestra Piña, respectivamente, sin que se tenga el consenso del PRI.
Por esa razón hubo una “encerrona” todo el fin de semana de los dirigentes del FAM, fundamentalmente para frenar lo que para muchos es un “agandalle” del PAN en la definición de aspirantes.

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En el caso de la CDMX se logró, por el enojo de priistas y de perredistas, que el FAM acepte que no está definido el género del candidato a jefe de Gobierno. Se va a decidir si el aspirante es hombre o mujer mediante una encuesta y tres foros.

Esos reclamos que hubo en el seno del frente opositor, es lo que llevó a que, “al cuarto para las doce”, los integrantes del FAM registraran en la CDMX la petición de competir en coalición en los últimos minutos del domingo, día en que vencía el plazo para presentar esa solicitud.

Un tema que se quedó pendiente de resolver es el de Puebla. La posición del PRI, por lo menos hasta este lunes, seguiría siendo la misma que ha reclamado desde hace varios meses: si Eduardo Rivera quiere ser el competidor por la gubernatura, el PAN tiene necesariamente que cederle al tricolor la postulación del candidato en la capital, en donde habría tres aspirantes del tricolor: la senadora Nancy de la Sierra Arámburo, la exalcaldesa Blanca Alcalá Ruiz y el diputado local Néstor Camarillo Mediana.

El PAN no quiere dejarle al PRI esa posición clave, la de la capital poblana, por la pésima imagen pública del tricolor. Más del 50 por ciento del electorado dice que nunca votaría por el Partido Revolucionario Institucional.

Mientras que el PRI argumenta, con sobrada razón, que si no compite por la capital no tendría ningún beneficio rentable el hacer una alianza con el PAN, que hasta apenas hace unos años era su “archirrival electoral”.

En conclusión: Mario Riestra está atorado en la aduana que controla el PRI.

Segunda aduana: los índices de conocimiento y de simpatías electorales. De todas las figuras del PAN que podrían buscar competir para ser el próximo presidente municipal de Puebla, el único que está a la cabeza de todos los sondeos es el diputado federal Mario Riestra, que aventaja hasta por 20 puntos a varios de los interesados por obtener la postulación, entre ellos la también legisladora Ana Teresa Aranda.

Esa condición es resultado de un trabajo permanente del legislador de recorrer el municipio desde hace un lustro.

Tercera aduana: Riestra ha logrado, en los últimos dos años, mostrar una capacidad conciliatoria con la mayor parte de las corrientes internas del PAN, luego de que fue parte fundamental del morenovallismo, un grupo político que se destacó por su intolerancia.

Cuarta aduana: el legislador federal se ha ganado el ánimo del alcalde de la capital y principal líder panista en el estado, Eduardo Rivera Pérez, luego de que ambos estuvieron en posiciones encontradas en los 8 años de dominio morenovallista.