El sospechoso silencio del edil de Ajalpan sobre la violencia en ese municipio
El municipio de Ajalpan, uno de los más pobres del estado, vive desde hace un lustro una espiral de violencia como consecuencia de la estrecha relación que ha surgido entre algunas autoridades y el crimen organizado. Desde hace 23 meses se contabilizan 15 ejecuciones y una larga lista de atentados. Entre los asesinatos destacan tres miembros del actual gobierno local. Por eso llama la atención la comportamiento del actual edil, el panista Sergio Sandoval Paniagua, quien no se inmuta frente al clima de descomposición que se vive en esa región.
El miércoles fue ultimado a plena luz del día, a unos metros del Palacio Municipal, el director de Obras Públicas, Adrián Cuevas Villagómez, aterrorizando a muchos pobladores que presenciaron el asesinato a disparos que llevaron acabo dos sicarios.
Ese hecho apenas mereció que el gobierno ajalpense emitiera un escueto comunicado exigiendo que se aclare el homicidio.
Y el alcalde Sergio Sandoval enmudeció, no ha dicho nada de ese asesinato, ni tampoco de las ejecuciones –ocurridas hace unos meses– de su director de Desarrollo Rural y de un proveedor del ayuntamiento, que en el proceso electoral de 2021 fue su coordinador de campaña.
Muchos se preguntan si el alcalde tiene miedo de enfrentar el clima extremo de violencia que domina al municipio o si está coludido con las bandas delictivas que han sembrado el terror. Nadie sabe explicar qué pasa con el presidente municipal.
Hay un detalle que tiene mucho peso en Ajalpan y desata muchas sospechas contra el presidente municipal: Sergio Sandoval Paniagua, ni por accidente, en público o privado, menciona a su antecesor en el cargo, Ignacio Salvador Hernández, quien lleva cuatro meses en la cárcel enfrentando seis cargos que van desde homicidio calificado, delincuencia organizada y hasta evasión de detenidos.
“Nacho Salvador”, como lo conoce la mayoría de la gente, es señalado de que le habría abierto la puerta de la Sierra Negra de Puebla supuestamente al Cártel Jalisco Nueva Generación y en particular a una banda dedicada a los asaltos carreteros.
Según la narrativa oficial de la Fiscalía General del Estado, el exedil efectuó, en el año 2020, una reunión con sus allegados a quienes dio a conocer que habría “contratado” una banda criminal para cometer ilícitos en la región de la Sierra Negra y el valle de Tehuacán, como una vía de enriquecimiento ilegal.
Ese asunto se frustró porque la supuesta facción criminal que se contrató, a los pocos días, se enfrentó a policías de la región, dejando un saldo de dos uniformados muertos, 12 lesionados y cuatro detenidos.
Salvador Hernández ya fue un par de veces alcalde de Ajalpan, primero por el PRI entre los años 2008 a 2011; la segunda vez fue entre 2018 y 2021, por una coalición formada por el PAN, junto con los partidos locales, Compromiso por Puebla y Pacto Social de Integración. El último periodo fue en extremo inestable por lo siguiente:
Luego de los hechos violentos de abril de 2020, en el murieron los policías locales, “Nacho Salvador” se dio a la fuga, argumentando problemas de salud. Entonces su hijo asumió el cargo de alcalde por 90 días. Al termino de ese periodo, Salvador Hernández regresó formalmente a su puesto, aunque nadie lo vio físicamente.
Todo lo hizo a control remoto, con trasmisiones vía zoom. Se justificó diciendo que era un hombre de la tercera edad y no podía exponerse al Covid-19.
De esa manera terminó su periodo. Sus informes de gobierno, los anuncios de las gestiones de su gobierno y hasta la inauguración de obras públicas, lo hacía a través de videocharlas.
Fue la manera de evitar que se ejecutar una orden de aprehensión que había en su contra. Lo que es inaudito es que el gobierno del estado permitiera, durante más de un año, ese esquema ilegal de funcionamiento del gobierno de Ajalpan.
Por esa razón, en octubre de 2021, no hubo proceso de entrega-recepción entre la gestión saliente de “Nacho Salvador” y el gobierno entrante de Sergio Sandoval.
Tampoco hubo el traspaso de cuentas bancarias, del bando de la policía municipal y las llaves del palacio municipal, así como los expedientes del ayuntamiento.
Y frente a todas esas anomalías, nunca ha dicho una sola palabra el actual alcalde del municipio.
Sergio Sandoval ha gobernado sin hacer un balance o por lo menos un comentario informal, de las condiciones en que encontró el gobierno de Ajalpan.
Tal vez ese silencio se deba a que, cuando apenas tenía unos días en el cargo, en las calles céntricas de Ajalpan, un motociclista fue abatido a tiros por unos sicarios, que lo persiguieron por varios minutos. Uno de los asesinos todavía se dio tiempo para acercarse a la victima y darle “un tiro de gracia”.
En Ajalpan se respira miedo y nadie hace algo para frenar ese clima de terror.
clh