Se encuentran cara a cara Ignacio Mier y María Luisa Albores

María Luis Albores González e Ignacio Mier Velazco se encontraron este jueves en la Cámara de Diputados en una mesa de trabajo en la que se analizó el proyecto de reforma a la ley minera. Ambos se vieron cara a cara, se mostraron sonrientes, con actitudes cordiales, dejando plasmada una imagen de dos actores que seguramente van a definir la sucesión en Puebla y en la que alguno de ellos dos, podría ser el (la) próximo (a) gobernador (a) del estado.

No es usual que ambos personajes se topen y sean el centro de atención de una importante reunión. Este encuentro en otro momento no tendría mayor significado político. Ahora es relevante porque los dos son protagonistas del proceso de sucesión en Puebla y están en polos opuestos, aunque ambos sean figuras nacionales de la 4T.

Cada uno de ellos representa un proyecto político totalmente diferente. Se podría decir que lo único que tienen en común es estar bajo el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Queda claro que no habrá colaboración entre ellos, si alguno de los dos resulta ser el candidato de Morena a la gubernatura.

Se sabe que si Albores no es postulada como aspirante de la 4T a la titularidad del Poder Ejecutivo de Puebla, lo más seguro es que regrese al activismo social y se aleje de los procesos electorales.

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Al mismo tiempo está latente la posibilidad de que María Luisa Albores podría ser un factor decisivo para dejar fuera de lucha por la gubernatura a Puebla a los dos primos, Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco, que han estado polarizando la disputa por la nominación morenista.

Y es que sigue aumentando la posibilidad de que en Morena se decida el género femenino para la candidatura de Puebla, quedando Albores como la única opción para competir por el cargo político más importante de la entidad, en caso de decidirse que debe ser mujer el contendiente.

En este espacio periodístico ya se había advertido que ya están “amarrados” aspirantes hombres para ser los candidatos en cinco estados: Morelos, Chiapas, Tabasco, Jalisco y Yucatán, lo cual obliga a Morena a designar entre tres o cuatro candidatas en las entidades restantes que están en juego –en la elección de 2024– para cumplir con la paridad de género.

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A los cinco estados antes mencionados, ahora se debe sumar Veracruz, en donde la lectura de algunos observadores políticos es que en esa demarcación se estaría cayendo el proyecto de que Rocío Nahle García, la secretaria de Energía, sea la abanderada de la 4T.

Dese enero pasado un liderazgo que está creciendo como la espuma, con un fuerte apoyo del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, es el legislador federal Sergio Gutiérrez Luna, quien fue presidente de la Cámara de Diputados en el primer año del sexenio lopezobradorista, además de ser uno de los operadores electorales más importantes de Morena.

Si Nahle García opta por la reelección como senadora de la República –actualmente tiene licencia como legisladora— y no es postulada como aspirante a titularidad del Poder Ejecutivo veracruzano, se cierra el esquema de que en la Ciudad de México y Guanajuato, así como en Puebla, tendrá que haber obligatoriamente mujeres en la lucha por las gubernaturas.

Dos polos opuestos

Las diferencias fundamentales entre Ignacio Mier y María Luisa Albores –que ayer se sentaron a la misma mesa para discutir la Ley Minera— son las siguientes:

María Luisa Albores representa al movimiento original de la 4T, que es de izquierda y con un profundo sentido social. Su actual cargo de secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales en congruente con su trayectoria de defensa de los territorios indígenas de la Sierra Norte de Puebla y de resistencia contra los proyectos de muerte, como son las minas.

Ignacio Mier Velazco proviene de una corriente totalmente pragmática. Ahora está en Morena porque es la fuerza política en el poder. Antes lo mismo colaboró con el gobierno del PAN en Puebla, que encabezó Rafael Moreno Valle Rosas. En su momento fue líder estatal del PRI, cuando este partido se inclinó por el neoliberalismo. Desde su posición de coordinador de los diputados federales de Morena su apuesta es crear una estructura de militantes priistas que le ayuden a ganar la gubernatura de la entidad poblana.

Albores está a la espera de definir si compite por la gubernatura de Puebla, en función de como el presidente Andrés Manuel López Obrador mueva las piezas de ajedrez en los 9 estados en que habrá la renovación de las gubernaturas, en el año 2024.

Tiene como principales ventajas el provenir del movimiento social de la 4T y tener una estrecha cercanía con Andrés Manuel López Obrador, que le puede inyectar mucha popularidad en unas cuantas semanas si se decidiera a competir por la gubernatura de Puebla, en donde fue la primera dirigente de Morena.

Mier ha emprendido una onerosa y muy adelantada campaña de proselitismo para intentar ganar simpatías y alcanzar la popularidad del senador Alejandro Armenta Mier, quien es el tercer protagonista de la sucesión de Puebla y lleva cuatro años recorriendo el estado, buscando el apoyo de diversos grupos políticos.

Una parte débil de Ignacio Mier es que no forma parte del primer círculo de confianza de López Obrador, como si ocurre con Albores González. Su principal impulso es su cercanía con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.

Y su poco o mucha popularidad, proviene de grupos del PRI, que buscan acomodo rumbo a la contienda electoral del próximo año. No es un político que conecte con la militancia original de la 4T.