La mano de Gali en Morena

A ver, a ver, no son los nombres de Fernando Manzanilla, Juan Pablo Piña Kurzcyn, David Villanueva Lomelí, Mario Rincón, Jacobo Ordaz, María del Socorro Figueroa, Francisco Ramos, Mauro Nava, Édgar Salomón Escorza y Clemente Gómez.

Es, señores Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco, lo que representan: al morenovallismo, galismo e incluso marinismo.

Lo que tales intereses políticos pretenden es fuero de poder, un blindaje, y el salvoconducto que les ofrecen al sumarse a los equipos de Armenta y Mier.

Morena no sólo fue víctima de los ataques políticos del morenovallismo y galismo, sino incluso del marinismo. Sus gobiernos han combatido lo que hicieron en el pasado: un modelo de negocios a costa del erario.

Tales personajes pretenden, por diferentes vías, garantizar el cese de las denuncias penales en su contra. Rafael Moreno Valle está muerto y Mario Marín, encarcelado.

Así que los galistas que tanto se beneficiaron con el PAN, partido que usaron para sus negocios, ahora saltan a los trenes morenistas de Mier y se cuelgan al de Armenta que van en la misma dirección: Casa Aguayo.

El eje articulador es el exgobernador Antonio Gali, quien hoy pierde de vista la investidura del gobernador para posicionar sus piezas con quienes cree lo acercan más al reino de la impunidad.

Fernando Manzanilla rompió con su entonces cuñado Moreno Valle, pero no con Antonio Gali, de quien fue su jefe de campaña a la alcaldía poblana en 2013.

Juan Pablo Piña Kurzcyn, David Villanueva Lomelí y Edgar Salomón Escorza también se reconvirtieron al galismo, tras el deceso de su exjefe político. El pasado de insidias quedó atrás.

Mario Rincón siempre estuvo enfrentado con Gali, de ahí que como buen morenovallista hoy esté en el equipo contrario a Mier: el de Armenta.

Jacobo Ordaz y María del Socorro Figueroa, siempre operaron en la capital por Gali,

Mauro Nava fue pieza de Eukid Castañón, de quien luego de su encarcelamiento acabó en el galismo. Clemente Gómez siempre representó los intereses de Jorge Aguilar Chedraui, en el equipo de Gali.

Y Francisco Ramos del marinismo a lo que se ofrezca. El dinero no huele.

Así que todos los caminos conducen a Gali, quien ya infiltró a Armenta y Mier para purificarse en Morena, pero pierde de vista los procesos legales que siguen abiertos para él y los suyos.