Serena morena

A pesar de ser sancionada por violencia política de género, la exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco re victimiza, una y otra vez, a la abogada Yasmín Flores Hernández.

Sí, ella se asume como prócer de la mujer, además de usar como bandera el respeto irrestricto al género, pero ¿por qué razón sigue con la descalificación permanente, en Tribunales y medios, hacia su exconsejera jurídica.

Nada más hay que leer la impugnación que metió en la sala especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para darse cuenta que ya no sabe cómo salir legalmente del atolladero y recurre a la re victimización.

Dice que la causa de haber incurrido en lo que se le imputa es culpa de Yasmín Flores, porque “su sola presencia en temas laborales la ponía de malas y tuvo que reaccionar (sic)”.

Hágame el favor.

Peeeero no termina ahí, califica de “perturbada” a la abogada.

En su conferencia de medios de esta semana, de plano explotó, pues dijo que Flores Hernández sólo busca “cinco minutos de fama”.

Le dijo que no es nada, que vendió su alma al diablo, que no le importó su dignidad y que detrás de sus acciones legales se encuentra el patriarcado, la mafia del poder y bla, bla, bla.

Vaya caso de Rivera Vivanco. Como bien dice el columnista Arturo Luna vive en “Vivancolandia, El Reino del Tik Tok”.

¿En qué momento entenderá que después de una sanción por violencia política de genero lo que menos debe hacer es agredir verbalmente a la victima y perder de vista que ella es la victimaria?

Tanto que censuró la sentencia del Tribunal Electoral de Puebla, pero no se percató que el propio organismo la protegió como agresora, pues nunca determinó a partir de cuándo tendría que dar la disculpa pública y menos la fecha de notificación de la sanción ante el Instituto Estatal y el Ayuntamiento.

Esos detalles jurídicos los pierde por reacción con el hígado, cuyos denuestos ya forman parte de carpetas de investigación.

Serena morena.