La ideología del dinero

La clave de la elección en el Consejo Coordinador Empresarial no radica en los nombres de los aspirantes, sino en los personajes que se encuentran detrás de ellos.

Si se entiende eso, quedará claro a lo que jugará el CCE en los próximos dos años, en la renovación de Casa Aguayo, Congreso del Estado, senadurías, legislaturas y alcaldías.

Carlos Couttolenc, expresidente de la Cámara Textil, cuenta con el apoyo de los hombres de negocios que invierten, generan empleos y están hartos de los enfrentamientos con los gobiernos de la Cuarta Transformación. Este grupo pretende que dirija al CCE un dueño de empresa, no más empleados ni ideólogos del dinero.

Héctor Sánchez, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, hace su chamba. Ha logrado fortalecer sus alianzas, a partir de un aspecto básico que aparece incrustado en el CCE por años: el Opus Dei. Los financieros de esta prelatura se han posicionado en el organismo por décadas y no lo ven mal. El problema es que se contrapone a lo que quieren los empresarios con negocios: menos ideología, más inversión conjunta con el Estado.

Olga Méndez, expresidenta de la Canirac, ya está en campaña de medios con base en el criterio que por ser mujer se merece el cargo y cuenta con el apoyo de Olivia Salomón, la secretaria de Economía y aspirante a la gubernatura. Aunque en el pasado reciente la restaurantera hablaba muy mal de la funcionaria, ahora más que el género, las une la conveniencia de que una fémina en el CCE ayudará a crear en el imaginario colectivo que otra par se vería mejor en Casa Aguayo. La candidata y la Canirac son sus únicos respaldos, porque no es dueña de los negocios que representa.

En este acuerdo aparece al margen absolutamente el gobernador Luis Miguel Barbosa. En lo personal, creo que este grupo usa el nombre de Olivia Salomón, a quien no le interesa meterse en grillas patronales. 

Rafael Herrera, exlíder de la Canaco, ligado a la UPAEP, con el apoyo del yunquismo panista, es la carta que pretende imponer Ignacio Alarcón, el dirigente saliente. Taico necesita que le cubran las espaldas porque hizo muchos negocios desde su posición en el CCE y no quiere que acabe con señalamientos de malos manejos. Requiere un aliado que se olvide del pasado que dejó.

En este análisis radican las claves para comprender lo que se juega en el organismo empresarial, donde Cuottolenc parte como favorito; Sánchez aprieta fuerte; Olga Salomón apuesta a otra cosa; y Herrera como guardaespaldas de Taico.

El 14 de octubre se emitirá la convocatoria para renovar al CCE.