Ahora que se discute la lealtad priista ante la alianza política, legislativa y electoral con el PAN y PRD, en Puebla los liderazgos del tricolor salieron a asegurar que la coalición se sostendrá para el 2024.
Será de dientes para afuera, porque de facto los principales operadores del PRI sirven para la causa de Morena.
¿No fueron los presidentes municipales priistas, quienes maniobraron a favor del barbosismo en la disputa por el control del partido en Puebla?
¿A poco no existe ningún priista en los equipos morenistas de Alejandro Armenta e Ignacio Mier para la gubernatura en 2024?
¿Dónde andaba la dirigencia del PRI en el enfrentamiento entre morenistas y panistas, tras el destape a Eduardo Rivera Pérez?
¿Por qué ninguno salió a defender la causa azul si forman parte de la misma alianza?
En el legislativo, los priistas no tienen más jefe político que Sergio Salomón Céspedes, ¿cuántos se han integrado a la estructura administrativa del Congreso del Estado?
La defensa de la alianza PRIANRD sólo existe en el papel. En el caso de Puebla concluyó apenas asumieron sus cargos ganados en la elección del 2021. Se alinearon a los intereses de Morena, partido hegemónico en la entidad.
Aunque se sostenga la alianza en el ámbito local para el 2024, el problema es que con un PRD inexistente y un PRI, cuyos operadores ya juegan para las diferentes causas de Morena, no le quedará al PAN que ir solo.
Los plazos aún no se agotan, pero la lealtad priista se perdió desde hace años.
Es lo que hay.