Todos ya están en campaña, pese a que no son los tiempos para hacerlo

Faltando 22 meses para la próxima elección local, la actual sucesión gubernamental de Puebla es la más adelantada y prácticamente ha vulnerado los tiempos oficiales. Como nunca, a casi dos años de las votaciones ya están definidos los principales aspirantes que podrían estar en las boletas en la lucha por la titularidad del Poder Ejecutivo y existe ya una desmedida confrontación por las candidaturas y de alguna manera, por los votos.

La legislación electoral es muy vaga para sancionar actos anticipados de campaña. Si no se pide el voto a favor o en contra de una fuerza política, o de un eventual candidato, prácticamente no hay manera de sancionar a nadie por adelantarse a los tiempos oficiales de los procesos electorales.

Si hubiera una legislación estricta en ese sentido, prácticamente todos los aspirantes que están definidos para la sucesión poblana de 2024 –que son seis de Morena y uno del PAN–, estarían ya descalificados para contender o por lo menos con algún tipo de amonestación.

La lucha por las candidaturas en las sucesiones anteriores, por mucho, iniciaban entre dos y tres años antes de los comicios.

 

Ahora la pelea por las candidaturas –en la 4T– inició hace cuatro años, cuando el senador Alejandro Armenta Mier con mucha necedad quiso ser el abanderado de Morena a gobernador en la elección extraordinaria de 2019, pese a que en el círculo del presidente Andrés Manuel López Obrador ya estaba decidido que Luis Miguel Barbosa Huerta volvería a ser postulado, tal como había ocurrido un año antes.

Al no obtener la nominación, literalmente el legislador morenista se siguió de frente y no paró en su proselitismo, que lo ha llevado a estar en permanente campaña de promoción desde esa época.

Eduardo Rivera Pérez se presentó por segunda vez a una elección de alcalde de la ciudad de Puebla –luego de que ganó la primera vez en 2010— en los comicios de 2018. En esa ocasión, la intención del panista no solamente era repetir como edil de la capital, sino tomar camino para contender por la gubernatura en 2024. Por eso su proyección personal, desde ese entonces, se buscó que no se redujera a la Angelópolis y abarcara varios municipios de la entidad.

Rivera perdió hace cinco años, pero el año pasado ganó el tercer intento y desde la campaña electoral de 2021 ha sido una figura central del PAN en el estado, tendiente buscar ser el próximo jefe del poder Ejecutivo. En la práctica, lleva un lustro haciendo labor para aparecer en las boletas en 2024.

Tres de los cuatro aspirantes de Morena que buscan la postulación y son cercanos al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, han arrancado entre agosto y septiembre sus labores de promoción. Es decir, ya se “mueven” faltando entre 22 y 23 meses para la elección, algo que antes no se veía. De tal manera que ya están muy activos Melitón Lozano Pérez, Gabriel Biestro Medinilla y Sergio Salomón Céspedes Peregrina, que son los secretarios de Educación y Trabajo, así como presidente del Congreso local, respectivamente.

Ignacio Mier Velazco, quien es el coordinador a los diputados federales de Morena, desde el año pasado empezó a acudir a informes de alcaldes, asambleas de Morena y actos de campañas electorales, con la tendencia de que se conociera su nombre, pues su llegada al Partido de Regeneración Nacional se hizo por acuerdos cupulares en la 4T. Ahora que quiere ser candidato a gobernador, le urge que la gente lo identifique y sienta simpatías por él.

El político que más se había adelantado a los tiempos de la sucesión fue Rafael Moreno Valle Rosas, que entre los años 2003 y 2005 buscó afanosamente ser candidato del PRI a gobernador y fracasó. Posteriormente, entre 2007 y 2009, siendo senador por el PAN recorrió el estado buscando ganar simpatías y la postulación a aspirante a titular del Poder Ejecutivo.

Otras sucesiones fueron muy cortas, en función del tiempo invertido por los ganadores para obtener las candidaturas.

Manuel Bartlett Díaz dejó el 7 de enero de 1992 la titularidad de la Secretaría de Educación Pública federal y ese mismo año fue nombrado candidato del PRI a la gubernatura.

Melquiades Morales Flores, luego de cinco meses de activismo, a finales de 1997 ganó la elección interna del PRI para ser aspirante a gobernador a mediados de 1998.

Mario Marín Torres dejó en 2002 el cargo de edil de la capital. Se tomó un año sabático y en 2004, arrancó su proselitismo para convertirse en candidato del PRI a gobernador en 2005.

Martha Erika Alonso fue nombrada en 2015 secretaria general del PAN y un año después inició su recorrido –en actividades partidistas— por la geografía poblana para ser candidata del morenovallismo en 2018, en donde ganó mediante un fraude electoral y posteriormente, murió a los 10 días de estar en el cargo.

Luis Miguel Barbosa, siendo senador de la República, empezó a tener una presencia importante en el estado en el año 2016 y hasta 2017 se definió que buscaba la candidatura de Morena para ser gobernador. En 2018 le arrebataron el triunfo mediante un fraude. En 2019 volvió a hacer campaña y ganó por segunda vez.