Las y los llamados barbofóbicos cada vez están más que identificados en Puebla.
El gobernador Luis Miguel Barbosa reveló la semana pasada que ya se sabe quiénes son, para qué y los restaurantes donde se reúnen.
El tema en las mesas no es otro más que la descalificación de las acciones que realiza su gobierno para acabar con privilegios que gozaron en el pasado reciente.
Se trata de exfuncionarios de su administración (Fernando Manzanilla, Francisco Ramos, por ejemplo) y de la gestión que encabezó Claudia Rivera Vivanco; empresarios, restauranteros, hombres y mujeres que creen que pueden darle la vuelta con personeros/as vinculadas a campañas de aspirantes presidenciales que ofrecen lo que no está a su alcance.
El propósito es descalificar al gobierno y desestabilizar al Estado.
El caso del exdirector de Puebla Comunicaciones, Pedro Gómez, es uno de ellos.
Te lo digo Pedro para que lo entiendan todos los demás. Será la Fiscalía General del Estado la que resuelva el fondo de las campañas de odio y generación de versiones para fomentar la violencia.
Barbosa mencionó qué personajes hasta lo espiaban y difundían mensajes contra él.
Así que las acciones contra quienes se encuentran detrás de las campañas dará mucho de qué hablar en los próximos días.
Saldrán nombres que sorprenderán a muchos y muchas. Ya perdieron todos los privilegios, quizá se queden sin la libertad.