Inicia represión contra trabajadores de Bachilleres que ingresaron al nuevo sindicato
El nuevo sindicato del Colegio de Bachilleres del estado de Puebla, que encabeza José Ángel Martínez Nolasco, lleva un mes de haberse constituido y ha empezado a surgir una estrategia de represión, de hostigamiento, contra algunos de los trabajadores que se han afiliado a la recién creada organización gremial. Esa actitud autoritaria está siendo solapada por la Dirección General de la institución.
La organización gremial que tiene como líder a Martínez Nolasco surgió como una alternativa frente a la inexistencia de una forma de defensa de los derechos laborales de quienes trabajan en el Colegio de Bachilleres de Puebla (Cobaep), toda vez que el sindicato oficial, encabezado por Moisés Guerrero Gutiérrez, es un cero a la izquierda por carecer de toma de nota y de capacidad legal para representar al personal académico y administrativo.
El director interino del Cobaep, Arturo Rodríguez Ballinas, ha cometido muchas arbitrariedades desde que llegó al cargo en diciembre pasado. Una nueva actitud negativa del funcionario es querer intervenir en el campo sindical del colegio, buscando que prevalezca la organización de Moisés Guerrero y queriendo frenar, sabotear, al sindicato de José Ángel Martínez, surgido apenas el pasado 14 de mayo.
Algo que no ocurre con la agrupación de Martínez Nolasco que es un sindicato bien constituido y ha empezado a tocar temas sensibles, como alzar la voz por trabajadores que llevan laborando 20 años como eventuales y no les dan una plaza, a diferencia de personal que sin tener experiencia les han dado puestos permanentes por ser afines al director del colegio en turno.
Desde que el pasado 14 de mayo se realizó la asamblea constitutiva del nuevo sindicato, se notó el comportamiento faccioso del director general Arturo Rodríguez Ballinas que canceló las actividades laborales del colegio un día antes y buscó la manera de evitar que 260 docentes acudieran al evento sindical, todo con el propósito de que la agrupación no alcanzara el quórum legal. Al final fracasó en esa empresa.
Ahora, el problema de fondo es que la recién creada agrupación tuvo 242 afiliados de arranque y necesita sumar alrededor de 500 más para que tenga la capacidad de demandar la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo.
Por eso se estaría desplegando una estrategia para evitar que aumente la membresía del sindicato encabezado por José Ángel Martínez Nolasco.
En algunos planteles ha iniciado una abierta campaña de hostigamiento en contra de los trabajadores que se separaron del sindicato de Moisés Guerrero Gutiérrez.
Un ejemplo de esa situación es lo que ocurre en el plantel 14 del Colegio de Bachilleres, ubicado dentro de la Unidad Habitacional de La Margarita y que tiene como directora a Coral García Torres.
En ese plantel ha existido una situación muy conflictiva de tiempo atrás por el opaco manejo que se da a los cobros que se hacen a los alumnos; muchos de esos cargos son excesivos y no justificados para una institución pública de educación media superior.
La directora siempre ha presumido tener “protección política” y efectivamente, por alguna razón, le solapan sus abusos desde la Dirección General del Cobaep.
En esa escuela, los trabajadores que decidieron afiliarse al sindicato de José Ángel Martínez Nolasco han sufrido una fuerte campaña de hostigamiento.
Una empleada de nombre Belén que era la encargada de la caja de cobros de la institución, la destituyeron de esa función, sin que se justificara su remoción. Lo más grave es que arbitrariamente la cambiaron de turno, sin importar que es madre soltera de dos pequeños y eso impide atender a sus hijos. Eso llevo a que esta mujer, por esos y otros maltratos, sufriera una crisis de estrés que le llevó a estar 15 días hospitalizada.
Más grave es lo que ha ocurrido con algunos docentes que, libremente decidieron cambiar de sindicato, a quienes de manera perversa los han intentado acusar de acoso sexual.
La técnica que se estaría utilizando es buscar a alumnos, hombres y principalmente mujeres, que reprobaron varias materias y les habrían ofrecido aprobarlos a cambio de sostenerse de que los docentes “incomodos” les hicieron proposiciones lesivas.
Se sabe que esos abusos han sido reportados a la Dirección General del Cobaep.
Pero hay un silencio cómplice desde las oficinas centrales del colegio.
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