Matthijs, la corrupción perfumada

Lambertus Matthijs de Kool es un personaje clave, detrás de la privatización de espacios públicos, concesiones de parques, jardines y apertura de franquicias en zonas comunes.

Si algún morenovallista recibió un cheque en blanco para disponer lo que era de los y las poblanas es precisamente quien fuera director de la Expo y del Centro de Convenciones de Puebla.

En su posición, administró la Hacienda de Chautla (entregada en comodato a una cadena hotelera), la Expo, Centro de Convenciones, los parques y jardines públicos, lo que le permitió contratar a firmas ligadas a él como La Ruta de los Vinos, Tannatelia y Banquetes Garcied.

Es un descaro total de este burócrata dorado que además fungió como subsecretario de Turismo dos años, fue el responsable logístico del Tianguis Turístico 2013, cuya sede fue Puebla.

Es socio de la familia Trauwitz, donde Ángel fue secretario de Turismo en los dos primeros años del gobierno de Rafael Moreno Valle y cuando salió para integrarse como regidor de Antonio Gali Fayad dejó a su hermano Roberto al frente de la dependencia.

Lambertus fue director Operativo del hotel Bodegas del Molino, propiedad de los Trauwitz.

Como director de la Expo y Centro de Convenciones realizó sin ningún recato negocios con sus propias empresas. Se auto facturaba.

Hasta parecía que fuera socio del entonces gobernador, Rafael Moreno Valle.

De acuerdo con facturas que se le pagaron a sus propias empresas hizo una mina de oro, pues todas las convenciones, foros y reuniones del morenovallismo quedaban bajo su control.

Además, permitió que particulares se apoderaran de prácticamente todos los espacios que rodeaban al Centro de Convenciones, en la zona de San Francisco, sin que nadie se opusiera.

Claro, hasta que llegó el gobierno de Luis Miguel Barbosa y le devolvió a los poblanos lo suyo.

Los marinistas de antier fueron los morenovallistas de ayer, nada más que en versión corregida, aumentada y perfumada.