El Yunque SA de CV

El Yunque ha operado como SA de CV en Puebla, durante los últimos sexenios.

La ideología como inversión en el poder, así de simple. La iniciativa privada sirvió para legitimar a los gobiernos en turno.

Con Mariano Piña Olaya tuvo su auge la llamada Junta de Mejoras, a cargo de un patronato empresarial, encabezado por Don Herberto Rodríguez Concha (q.e.p.d). A través de este órgano, el piñaolayismo otorgó recursos para obras que ejecutaban en común acuerdo las constructoras del régimen y El Yunque. Negocio redondo, pues además los contratistas de las galletas para los desayunos calientes del DIF salían de las firmas de otros dos yunquistas: José Cernicchiaro Maimone (Italpasta); y Humberto Ponce de León Ahumada (Gapsa). 

Con Manuel Bartlett Díaz apareció el Consorcio Empresarial de Puebla para la Construcción para encargarse de los megaproyectos en la zona metropolitana de la entidad. La cúpula patronal y otros constructores con capital se llevaron las obras de El Periférico, Nealtican para traer agua a la capital, el Centro de Convenciones y el equipamiento urbano de las principales vialidades. A la par, el bartlismo dio la operación de la Feria al mismo grupo.

Con Melquiades Morales Flores, los empresarios recibieron los terrenos aledaños al aeropuerto de Huejotzingo para construir la Ciudad Textil que acabó en automotriz. Les regaló un terreno en la zona de la Atlixcáyotl para edificar lo que nunca fue: la sede del Consejo Coordinador Empresarial. Los centros de capacitación del sector privado recibieron dinero público para operar.

Con Mario Marín también hubo jauja con el empresariado poblano y organismos. Les creó un consejo para administrar los recursos generados por el impuesto sobre nómina, luego de subirles el gravamen. Desde ahí hicieron su agosto sexenal.

Con Rafael Moreno Valle y Antonio Gali Fayad nunca escasearon los recursos en obras para las empresas de la cúpula patronal, pero además entregó subsidios millonarios a cámaras y agrupaciones aglutinadas en el CCE. Todo para legitimar su proyecto presidencial.

Con Luis Miguel Barbosa se cortaron privilegios y subsidios injustificados, lo que causó el enojo del sector por la falta de su “apoyito”.

Ahora vieron una oportunidad para seguir con sus negocios en el Ayuntamiento que encabeza Eduardo Rivera Pérez, quien como parte de El Yunque ha entregado las principales concesiones a personajes cercanos a la Organización, muchos de los cuales trabajan en su administración.

El dinero no huele y no tiene ideología, sobre todo si es público.