Amenazan con quitarles aguinaldo a los trabajadores del Cobaep para que no acudan a la asamblea del nuevo sindicato
Todo está listo para que el próximo sábado surja un nuevo sindicato en el Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (Cobaep), lo que ha desatado una reacción de miedo, o mejor dicho de pánico, en la actual organización gremial de la institución –encabezada por Moisés Guerrero Gutiérrez— de donde se ha urdido una campaña de amenazas, de intimidación y desinformación para evitar que los trabajadores acudan a la constitución de la naciente representación laboral.
En los últimos días, mediante cientos de llamadas telefónicas y comentarios de boca en boca, se ha buscado desalentar la participación en la asamblea constitutiva del próximo sábado, en el salón María Fernanda, de Santa María Malacatepec.
Los mensajes versan bajo las siguientes amenazas: “Si te desafilias al sindicato –de Moisés Guerrero— vas a perder derecho al cobro de aguinaldo”, “los que cambien de sindicato perderán su contrato y podrán ser fácilmente despedidos”, “todos los que firmen con el nuevo sindicato van a ser dados de baja del colegio”, entre otros mensajes.
El Comité Ejecutivo sindical que preside Moisés Gutiérrez se ha destacado por tres aspectos que han dejado una estela de agravios en la base trabajadora:
Primero: un grupo de unos 24 integrantes del Cobaep, entre ellas la hija mayor del líder sindical, obtuvieron promociones para alcanzar plazas de docentes de tiempo completo o de medio tiempo, sin importar que la mayoría eran personas sin nunca haber puesto un pie frente a un grupo de alumnos y sin reunir los requisitos de antigüedad.
En cambio, cientos de profesores que de acuerdo con el escalafón tienen derecho de mejorar de categoría laboral o de tener un aumento salarial, los dejaron fuera de estos beneficios porque solamente fueron otorgados a los allegados de Moisés Gutiérrez.
Segundo: el personal administrativo está inconforme a rabiar, porque cuando era Ricardo Ordaz Pérez el líder sindical, sin preguntar a los miembros de la organización laboral, se firmó ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje un acuerdo por el cual les quitaron a los trabajadores no académicos la prestación de vales de despensa.
Y ahora que Moisés Gutiérrez fue líder gremial, no movió un dedo para recuperar dicho beneficio.
Tercero: Moisés Guerrero fue electo el 30 de junio de 2019 y un mes después, se impugnó su triunfo, debido a que era personal de confianza y se violó la norma de que solo los sindicalizados pueden ser representantes gremiales.
Desde entonces, la actual dirigencia sindical es un cero a la izquierda, porque no ha podido resolver el litigio en su contra y no goza de facultades para interceder a favor de los trabajados ante la Dirección General del Colegio de Bachilleres.
Por las tres razones anteriores, hay más deseos de los trabajadores de acabar con el sindicato de Moisés Guerrero, que defender a un agrupamiento que ha estado ausente de la defensa de los derechos laborales en los últimos tres años.
Los agravios, que son muchos, son el motor para que en los 37 planteles del Cobaep se esté discutiendo la viabilidad de que los académicos y los administrativos se sumen al nuevo sindicato.
Lo decidirá la Federación
La reforma laboral de 2019 permite ahora que un sindicato se cree a partir de la inclusión de un mínimo de 20 trabajadores y en un mismo centro laboral, puede haber dos más organizaciones gremiales. Aunque solamente una de ellas, la que tenga más afiliados, puede ser la titular del Contrato Colectivo de Trabajo.
El nuevo sindicato, que será encabezado por Ángel Martínez Nolasco, hasta el día de ayer tenía confirmado que por lo menos unos 380 trabajadores acudirán a firmar su adhesión al sindicato recién emergido. Es decir, no habrá problema con el requisito del número mínimo de participantes.
Otra ventaja de la última reforma laboral es que ahora los registros de los sindicatos ya no se deciden en el ámbito local, por tanto ya no se necesita el aval de las autoridades estatales para tener los ordenamientos laborales para poder existir como organización gremial.
Ahora la licencia de un sindicato se tramita ante el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, que además utiliza una plataforma digital para recabar la información y en un plazo, de unos 30 días, emite el resolutivo de afiliación de la organización que así lo pida.
El reto fundamental para el proyecto de Ángel Martínez Nolasco no es obtener el registro sindical, sino el conseguir que, en el transcurso de los siguientes meses, unos mil agremiados se afilen a la recién creada organización y con ello, por un lado se deje sin membresía al grupo de Moisés Guerrero y por el otro lado, se tenga el respaldo suficiente para pelear la titularidad del contrato laboral.
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