Los aliados políticos dejaron solo a Eduardo Rivera en el conflicto de los parabuses

Eduardo Rivera Pérez llegó al cargo de alcalde de la ciudad de Puebla rodeado de muchos aliados, entre partidos políticos, empresarios, sindicatos, organizaciones sociales y populares, entre otros actores. Pero ahora esos coligados no le están ayudando mucho en el ejercicio de gobierno, pues en las dos situaciones más difíciles que ha enfrentado, que es la impopular decisión de instalar parquímetros en el Centro Histórico y el otorgar una concesión de 10 años para un servicio de publicidad en parabuses, lo han dejado solo, sin voces que lo defiendan y hagan eco a sus argumentos.

Pareciera que ese frente amplio y plural que el panista formó para ganar la elección de junio de 2021 y le permitió convertirse en alcalde de la capital por segunda vez, no está del todo orquestado para ser parte del proyecto político y gubernamental de Eduardo Rivera, pues no se activó para darle apoyo al edil en lo que han sido sus primeros tropiezos como presidente municipal de Puebla.

Algunos dicen que es resultado de que el alcalde, cuando apenas han transcurrido los primeros cinco meses de su gestión, ya se olvidó de algunos de los compromisos que hizo en la campaña electoral. Solamente con algunos empresarios mantiene vigentes los acuerdos –no formales— que signó en su etapa de candidato a edil de la capital.

Por ejemplo, la mayor parte de los políticos priistas que estuvieron realizando trabajo de campo en la campaña electoral se quejan constantemente de que Eduardo Rivera ya se olvidó de ellos.
 

Durante el periodo de proselitismo el equipo de Eduardo Rivera buscó a un número importante de priistas que son operadores electorales y que están alejados del PRI, por no congeniar con Néstor Camarillo, el dirigente del tricolor. Se les ofreció que si movilizaban a las bases de Partido Revolucionario Institucional iban a tener cabida en el ayuntamiento. Ahora muchos de ellos comentan que desde finales del año pasado no les toman las llamadas telefónicas y los dejaron sin ninguna participación en el nuevo gobierno municipal.

Nadie lo defendió

Eduardo Rivera en lugar de preocuparse por la mejora de los pavimentos y la seguridad en la ciudad, en el arranque de su gestión ha privilegiado otorgar contratos a particulares para que se hagan cargo de servicios públicos. En asuntos en que poco o nada ha permitido la crítica, la discusión a sus planteamientos.

Los dos proyectos más polémicos han sido: la colocación de parquímetros en el Centro Histórico, pese a lo impopular y el fracaso en su funcionamiento de dichos aparatos que se ha observado en varios municipios del estado, como en San Martín Texmelucan, Zacatlán y San Pedro Cholula.

Y la determinación de otorgar una concesión de publicidad en parabuses, pendones y puentes peatonales por una duración que excede su periodo gubernamental y sin querer solicitar la aprobación del Congreso local.

El saldo de estos dos asuntos ha sido el siguiente:

Se provocó que se acabara “la luna de miel” que había entre Eduardo Rivera y el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, luego de que el segundo tomó distancias de dichos proyectos.

En el tema de los parquímetros el mandatario estatal le pidió al edil “sensibilidad” para no desplazar a los llamados “franeleros” del oficio de cuidar autos. Mientras que en lo relativo a la publicidad, el titular del Poder Ejecutivo fue severo para denunciar que era un exceso el querer otorgar una concesión por encima del Congreso local y por un plazo que, en mucho, rebasa su actual periodo como edil de la capital.

Eso significa que, de ahora en adelante, habrá una marcada fiscalización del titular del Poder Ejecutivo estatal al desempeño de Eduardo Rivera.

En el Congreso del estado no hubo un solo diputado local –del PAN, el PRI y otras fuerzas políticas– que saliera en defensa de los proyectos del edil capitalino.

Mientras que Sergio Salomón Céspedes Peregrina, el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso local, fue duro en sus cuestionamientos de que la concesión de la publicidad en parabuses si tiene que pasar por la revisión de los diputados locales.

De manera similar en el cabildo de la ciudad de Puebla las voces que se escucharon fueron de los regidores de Morena para cuestionar el actuar de Eduardo Rivera. Los demás integrantes del cuerpo edilicio se quedaron pasmados. No sirvió de mucho que el alcalde tenga el control de casi todos los integrantes de ese órgano colegiado.

Lo mismo pasó con los partidos políticos. En el PRI y el PRD nadie metió las manos por el alcalde. Resultando más sorprendente que también en el PAN hicieran mutis frente a los problemas del edil capitalino.

Son “focos rojos” que debe poner atención Eduardo Rivera si quiere llegar fuerte al proceso electoral de 2024.