Aréchiga se preparaba para retomar el control de la Sección 51 del SNTE

Con su inesperado encarcelamiento –el lunes por a noche— se vino a truncar el proyecto de Guillermo Aréchiga Santamaría de recuperar el control de la sección 51 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE 51), para lo cual había invertido muchos recursos económicos y un arduo trabajo político en crear –junto con su hermano Juan Gabriel Aréchiga—la corriente Reivindicación Magisterial, misma que tenía el respaldo de Rafael Ochoa Guzmán, quien en 2018 dirigió las Redes Sociales Progresistas que contribuyeron al triunfo electoral del lopezobradorismo.

En esa corriente están participando cuatro liderazgos del SNTE 51 y uno de ellos, se perfilaría a convertirse en candidato a la secretaría general del sindicato, que este año por primera vez elegirá un Comité Seccional por el voto universal, directo y secreto de los maestros.

Guillermo Aréchiga Santamaría fue literalmente echado del gabinete estatal en marzo de 2021, cuando un grupo de agentes policiacos y personal jurídico del Poder Ejecutivo lo desalojaron de sus oficinas en la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT), en donde era el titular y apenas pudo mantenerse año y medio en ese cargo.

Luego de ese bochornoso episodio, Aréchiga solo hizo una breve declaración en la cual anunció que se regresaba a su curul de diputado federal de Morena y que seguiría trabajando a favor del movimiento lopezobradorista. Era una expresión que –aparentemente—no reflejaba ni encono ni rompimiento con la 4T.

Esa conducta tenía una explicación: Aréchiga sabía –desde finales de 2020—que ya había una fuerte investigación en su contra por la expedición irregular de concesiones del transporte y supuestas compras amañadas de equipos de seguridad para los vehículos de este servicio público. Presentía que se aproximaba su caída como cabeza de la SMT y para ello, tenía “un plan B”, que era regresar a su origen que es la sección 51 del SNTE.

Aréchiga fue secretario general de la sección 51 del SNTE entre los años de 1995 a 1998, luego de que había iniciado su cerrera magisterial en la década de los años 80 al haber sido docente y luego director de tres planteles de telesecundaria.

Por eso, al ser defenestrado como titular de la SMT se empezó a reunir con una serie de líderes del magisterio estatal que tienen una misma característica: son profesores que surgieron del nivel de telesecundarias y entre ellos siempre se han respaldado, de tal manera que todos tienen –en la actualidad—plazas de supervisores de ese sector de enseñanza básica.

El SNTE hace un par de años tenía el propósito de renovar sus dos secciones en Puebla, la 51 y la 23, por primera vez con el voto directo de los más de 80 mil docentes de educación pública que hay en el estado. Ese proceso se cebó en 2020 por la emergencia sanitaria.

Bajo esa perspectiva, se cuenta que Aréchiga sintió que le daba tiempo armar una corriente política y que podía ser un factor para atraer el voto de los maestros a favor del grupo que creó exprofeso para competir por la dirigencia de la sección 51 del sindicato magisterial. Nunca creyó que el proyecto se podía truncar por su mala experiencia en la SMT.

En 2018, Aréchiga jugó un papel importante para hacer el trabajo de base de las Redes Sociales Progresistas que era una organización creada por la ex presidenta del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, para apoyar –de lejos—la campaña de Andrés Manuel López Obrador y cobrar venganza contra el PRI y el PAN, que permitieron su encarcelamiento de casi 4 años.

Ese proyecto tenía como operador principal a Rafael Cabrera Guzmán, un ex secretario general del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE y amigo personal de Guillermo Aréchiga.

Al terminar el proceso electoral de hace cuatro años, surgió una nueva organización llamada Maestros por México, que en Puebla tuvo dos dirigentes –entre los maestros estatales–, que eran: Guillermo Aréchiga y Cirilo Salas, ambos ex secretarios generales del SNTE 51 y que acabaron peleados, distanciados. El primero se refugió en la corriente de Rafael Ochoa y el segundo, siguió leal con “la maestra” Gordillo Morales.

El año pasado, con el respaldo de Ochoa Guzmán, el destituido titular de la SMT se dedicó a crear la corriente Reivindicación Magisterial, junto con su hermano Juan Gabriel Aréchiga –ver la foto de abajo—y los maestros Virgilio Rodríguez García, Juventino Sánchez Barrera y Juan Díaz de León. Todos ellos, son cabezas de grupos políticos al interior del gremio de maestros.

Juan Díaz de León es famoso por su agresividad y porque fue tesorero en el pasado Comité Seccional del SNTE 51. La última vez que hubo un proceso electoral en el sindicato reventó el Congreso que se realizaba en el centro vacacional de Metepec, lo cual obligó que fuera concluido en la Villa del Jubilado del gremio. Ahora este profesor quería regresar con vigor a volver a disputar la Secretaría General, pero con el respaldo de los hermanos Aréchiga.

Creían los participantes de esa facción que podían utilizar dos factores atrayentes: la identidad con la 4T –que tiene mucho peso entre los maestros de educación pública—y el poder de convocatoria de Guillermo Aréchiga, quien tiene una fuerte presencia entre las bases del magisterio poblano.

Ahora todos esos planes se han ido al despeñadero. Se quedaron sin su principal promotor: Guillermo Aréchiga, quien ahora ya no piensa en como ganar la elección del SNTE 51, sino como salir de la cárcel.