La migración LGBT+ no se ve, ni se cuenta (primera parte)

Por lo menos el 4% de quienes conforman las caravanas de migrantes que vienen desde centro y Sudamérica rumbo al norte del continente, forman parte de la comunidad LGBTIQ pues son víctimas de la violencia, discriminación y crímenes de odio en sus países de origen, sin embargo, en su cruce de fronteras, se ven obligados a ocultar su orientación sexual para proteger su vida.

Deniss Castillo Fuentes, director de la organización defensora de derechos humanos LGBTIQ IRCA Casabierta que tiene su origen y su principal sede en Costa Rica reconoció que un porcentaje importante de quienes se unen a estos flujos migratorios para huir de la violencia que viven en sus países están enfermos y muchos de ellos viven con VIH sin la posibilidad de acceder a tratamientos médicos.

Tan solo en las caravanas de inicio de este 2021 que salieron desde Honduras se detectaron a por lo menos 300 personas LGBTIQ.

Y es que la migración de la comunidad LGBTIQ no se ve, ni se cuenta. Huyen por temor a perder la vida y transitan entre países con el mismo miedo pues enfrentan constantemente el rechazo social y el abuso, no solo de grupos delictivos sino de las mismas autoridades.

Según datos publicados en el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR, 2014) los migrantes LGBTIQ deciden ocultar su orientación sexual a las autoridades migratorias, sobre todo cuando esa fue la razón de persecución y salida de su país de origen. Y es que los migrantes que pertenecen a este sector enfrentan doble discriminación, por ser migrantes y por su identidad de género.

Las cifras sobre violencia en contra de esta comunidad son preocupantes pues según datos de la organización Amnistía Internacional del año 2017, el 88 por ciento de las personas solicitantes de asilo y refugiadas LGBTIQ del Triángulo Norte reportaron haber sufrido violencia sexual y de género en sus países de origen obligándolos a buscar en Estados Unidos o en países como Costa Rica una última oportunidad para seguir con vida.

Un ejemplo claro es el de Honduras donde existe uno de los índices más altos de impunidad con respecto a los crímenes de odio en la región, favorecido además por una cultura de discriminación en los medios de comunicación.

En México la situación no es menor pues según cifras del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio entre mayo del 2020 y abril de este 2021 se registraron 87 crímenes de odio por identidad de género.

Por si fuera poco, los defensores de la población migrante LGBTIQ, principalmente en la región de Centroamérica y la frontera sur de México también enfrentan violencia y gran rechazo en su labor social, por ello la organización IRCA CASABIERTA, ArcusFoundation y Somos, Centro para el Desarrollo y la Cooperación LGTBI publicó el “Protocolo de protección de personas defensoras de Derechos Humanos LGBTIQ en países receptores de Centroamérica” con el fin de establecer “las bases para garantizar la seguridad y la integración de las personas defensoras de derechos humanos LGBTI en países receptores” sobre todo en los cruces fronterizos.

Comentarios vía twitter: @erinife

Correo electrónico: erinife23@gmail.com

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Érika Nieto

Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación y Maestra en Administración, por la UPAEP. Fue reportera del Periódico AL de Puebla y del Noticiero Revista 105 en La Radiante 105. Fue corresponsal para medios de comunicación en Puebla, San Luis Potosí y Chiapas desde la ciudad de Nueva York en Estados Unidos, durante los ataques terroristas del 11 de Septiembre de 2001 a las Torres Gemelas.

También se especializó en el tema de Migrantes durante su paso por la Administración Pública promoviendo el enlace con las diferentes organizaciones de poblanos en el exterior y el Gobierno del Estado. Además es especialista en el área de Relaciones Públicas.