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México es uno de los países que, a nivel mundial, expulsa el mayor número de mano de obra migrante, por ventaja geográfica, una de las naciones que más arropa a mexicanos es Estados Unidos.

Dicen que una muestra de corrupción es cuando un funcionario desempeña un cargo sin tener la capacidad ni la experiencia necesaria. Eso es lo que ocurre con Francisco Garduño, Comisionado del Instituto Nacional de Migración, quien se expresó con racismo y discriminación en contra de los miles de migrantes que, primero fueron abiertamente invitados al país por parte del Presidente López Obrador y ahora ya no saben dónde ponerlos, ante el enojo y las amenazas de Donald Trump.

Dicho funcionario, que no tiene experiencia previa en materia migratoria, hizo un “aviso para toda la migración transcontinental, de que así sean de Marte, los vamos a mandar hasta la India, hasta Camerún, hasta el África”. Pero además reconoció que es muy alto el costo político que México debe enfrentar, sobre todo ante Estados Unidos. Independientemente del costo económico de mantenerlos en territorio mexicano.

Irónicamente estas polémicas declaraciones se dieron entorno a la exposición denominada “Migrantes: Una mirada en la Historia de México” en la sede de su dependencia.

Lo peor vino cuando afirmó que los “humanos de raza negra” generan violencia en contra de agentes migratorios y de la guardia nacional.

El Comisionado del Instituto Nacional de Migración parece no estar enterado de las múltiples promesas que el hoy Presidente, hizo a los migrantes que integraban las caravanas, como las visas humanitarias y trabajo en 6 estados fronterizos, así como en la construcción del Tren Maya, algunas de ellas desde su campaña política. Ya olvidó la frase de “Bienvenidos los migrantes a México” que expresó la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero durante una visita a la frontera sur.

Después del manotazo sobre la mesa del Presidente de Estados Unidos, la autoridad mexicana ya no sabe qué hacer con el aumento constante de migrantes en ambas fronteras, de ahí el cambio en el discurso, pues siempre sí están militarizando la norte y la sur, de tal forma que se recortarán los presupuestos que los estados destinan a sus policías para reforzar a la Guardia Nacional.

Por eso Donald Trump celebra y felicita constantemente a México y a su trabajo para disminuir la llegada de caravanas a la frontera norte y para sostener a los que constantemente son deportados bajo la promesa de que será revisada su solicitud de asilo.

El que sufre las consecuencias es el presupuesto de los mexicanos, porque los impuestos que se pagan, que no son pocos, ahora son distribuidos también a países como Honduras, a quien se le asignarán 600 millones de pesos más para “alentar su empleo”, además de los mil 800 millones de pesos anuales para Centroamérica, cuando en México vemos con preocupación como el desempleo sube y sube, no solo por la fuga de capitales sino generado desde el mismo gobierno federal, sin mencionar la lista de recortes. Y el sexenio apenas empieza.

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