Se triplican asesinatos en tres años
Hay un intento desesperado en Puebla por intentar hacer creer a la opinión pública que el estado sigue siendo uno de los más seguros del país y que la delincuencia no es alarmante e incluso, que va a la baja cada mes.
Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) sirven para darnos una idea de los reportes que recibe sobre los niveles de inseguridad y violencia que existen en los estados de la República, y aunque son recabados de manera institucional, resulta que éstos no reflejan la llamada “cifra negra” de la delincuencia, es decir, aquellos casos que no son denunciados ante el ministerio público por las víctimas.
El reporte brindado este fin de semana con corte al mes de julio, refiere una tendencia a la baja de 9.70 por ciento en las denuncias por delitos en general cometidos en el estado, entre los que destacan los robos a transeúnte y los robos a casa habitación.
Sin embargo, al comparar la misma estadística con las presentadas por el SESNP en los dos años anteriores (2014 y 2015) queda al descubierto un incremento en la comisión de homicidios, colocando al presente 2016 como el año más violento de los últimos tres.
El dato que arroja el reporte de víctimas de enero a julio de este año, refiere un total de 890 casos cometidos en Puebla, de los cuales 429 son del tipo doloso (es decir, intencionados) y 461 son del tipo culposo (accidentales o sin intención). En el mismo periodo del año pasado, la cifra apenas sumaba 766 casos, pero al revisar la tabla correspondiente al 2014, se observa que en ese año contabilizaban en el mismo periodo sólo 550 asesinatos.
Los homicidios dolosos también han ido en aumento, para el 2014 el seguimiento estadístico da cuenta de 182 casos cometidos de manera intencional, cifra que se elevó al siguiente año hasta alcanzar en los primeros siete meses 301, lo que representa un incremento de más de 100 hechos delictivos de este tipo y otro ciento más, en el último año. Es decir, que entre 2014 y 2016 los asesinatos casi se triplicaron en la entidad.
Lo preocupante, es que este crecimiento de la violencia se está presentando de la mano con los reportes sobre las operaciones de células de la delincuencia organizada en diversas partes del estado, la cual ha tocado a los presidentes municipales, pasando de la amenaza a la implementación de “reglas”. Por ello, lo que se requiere es fortalecer a los munícipes en vez de dejarlos solos como lo está haciendo el Estado con el recién creado “Protocolo de Seguridad para Autoridades Municipales” –el cual huelga decirlo, carece de viabilidad en la mayoría de los casos-.
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