Razón por la que la mujer vive más que el hombre
Los hombres viven en promedio cinco años menos que las mujeres y un estudio sugiere que, pasados los 60 años, el mayor culpable es un defecto genético como es la pérdida del cromosoma Y que determina el sexo al concebir.
Está claro que los hombres son más frágiles, explicó Lars Forsberg, Investigador de la Universidad de Uppsala (Suecia), quien dijo que durante décadas se ha pensado que el cromosoma Y masculino es un basurero genético cuya única función es generar espermatozoides que determinan el sexo de las personas.
Un niño lleva un cromosoma X de la madre y un Y del padre, mientras que una niña lleva dos X, uno de cada progenitor.
En 1963, un equipo de científicos descubrió que a medida que los hombres envejecen, sus células sanguíneas van perdiendo el cromosoma Y debido a un error de copia que sucede cuando una célula madre se divide para generar una hija.
En 2014, Forsberg analizó la esperanza de vida de hombres de edad avanzada en función de si sus células sanguíneas habían perdido el cromosoma Y, una mutación denominada mLOY. El efecto registrado fue descomunal, dijo el investigador.
Los hombres con menos cromosomas Y tenían más riesgo de cáncer y vivían cinco años y medio menos que los que sí conservaban esta parte del genoma. Tres años después, Forsberg descubrió que esta mutación multiplica por tres el riesgo de sufrir alzhéimer.
Lo más preocupante es la enorme prevalencia de este defecto. El 20 % de los hombres de más de 60 años tienen esta mutación. La tasa sube al 40 % en los de más de 70 y al 57 % en los de más de 90, según estudios previos de este genetista.
El estudio publicado en la revista Science, referente de la mejor ciencia mundial, Forsberg, junto a científicos de Japón y Estados Unidos, demuestra por primera vez que esta mutación aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiacos, fallos del sistema inmune y muerte prematura.
Los autores analizaron después la esperanza de vida registrada en 15 mil 700 pacientes con enfermedades cardiovasculares cuyos datos se almacenan en el Biobanco Público del Reino Unido. Su análisis mostró que la pérdida del cromosoma Y en sangre está asociada con un 30 % más de riesgo de morir por enfermedad cardiovascular.
Este factor genético puede explicar más del 75 % de la diferencia en esperanza de vida entre hombres y mujeres de más de 60 años, explicó el Bioquímico Kenneth Walsh, Investigador de la Universidad de Virginia, EU y coautor del estudio.
Dicho de otra manera, esta mutación explicaría cuatro de los cinco años menos de vida en los hombres. El cálculo de Walsh fue por un estudio previo en el que los hombres con gran carga de mLOY viven unos cuatro años menos que los que no la tienen.
Es bien sabido que los hombres mueren antes que las mujeres porque fuman y beben más y son más propensos a actos temerarios, entre otros factores externos de riesgo. Pero, pasados los 60, la genética se vuelve la principal responsable del deterioro de la salud; parece como si los hombres envejeciesen antes que las mujeres, apuntó Walsh.
Hay tres factores de riesgo que incrementan los efectos de la pérdida del cromosoma Y. El primero es envejecer. Cuantos más años se vive, más divisiones celulares suceden en el organismo y mayor es la probabilidad de que en el proceso de copia del genoma sucedan mutaciones. El segundo es el tabaquismo. Fumar hace que se pierda el cromosoma Y de la sangre de forma acelerada y si deja de fumar las células sanas vuelven a ser mayoría. El tercero también es inevitable, existen otras mutaciones genéticas hereditarias que multiplican por cinco la pérdida paulatina del cromosoma Y en sangre.
Ambos científicos creen que este estudio abre un campo de investigación enorme, aunque por el momento estos son solo los primeros pasos. Hace falta estudiar si también los hombres con esta mutación tienen fibrosis en el corazón y si esta es la causante de sus infartos y otras dolencias cardiacas. También hay que averiguar más por qué perder el cromosoma Y daña la salud.
leticia_montagner@hotmail.com
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Leticia Montagner es licenciada en Periodismo y tiene la maestría en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Doctorada en Derecho y Género. Fue catedrática de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Es pionera en Puebla de noticiarios y programas radiofónicos con perspectiva de género desde 1997. Conductora de programas de radio y televisión en Puebla. Actualmente es catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, escribe una columna política los miércoles en El Sol de Puebla y conduce la Revista ABC en ABC Radio 1280 de AM.