En el festival de mole de caderas hubo más funcionarios que asistentes; culpan a Tepole del fracaso

La apertura de la temporada del mole de caderas –este jueves en la hacienda La Carlota de Tehuacán— fue un hecho muy relevante porque entró en vigor la denominación de Patrimonio Cultural Intangible de Puebla de este platillo, lo que preserva toda la tradición que lo envuelve. El único punto discordante del acto inaugural de dicho festival, denominado “Alma de la Mixteca Poblana”, es que había más funcionarios públicos, del ámbito municipal y estatal, junto con legisladores, líderes partidistas y periodistas, que público asistente a la ceremonia.

Por primera vez hubo una pobre, casi raquítica, asistencia de la gente al festival del mole de caderas.

Esa exigua respuesta es una muestra clara de la disminuida capacidad de convocatoria del alcalde de la ciudad de Tehuacán, el morenista Pedro Tepole Hernández, que se ha ganado la animadversión ciudadana por su limitado actuar para resolver los problemas del municipio o cumplir con las promesas que planteó en su campaña electoral.

La organización del evento, a cargo del gobierno del estado, fue sobresaliente, pero lo que falló fue la capacidad de invitar, motivar, convocar, atraer, convencer, a la ciudadanía a estar presente en el festival, que es muy simbólico en Tehuacán y es fuente de dinamismo económico, pues se estima que este año la venta del mole de caderas dejará, por lo menos, una derrama de unos 25 millones de pesos a los restauranteros de la región.

En años anteriores la asistencia de miembros de la sociedad civil era de entre 500 y 800 personas. Llegaron a acudir más de mil espectadores al festival, sobre todo cuando se invitaron a maestros y estudiantes de escuelas públicas y privadas. Hubo ocasiones que dos semanas antes ya no había pases disponibles.

Ahora apenas y llegaron entre 150 y 200 personas, situación que se evidenció porque no se pudieron llenar las dos o tres zonas de gradas que se colocaron.

En cambio, entre funcionarios, regidores e invitados del ayuntamiento de Tehuacán; más los miembros del gabinete del gobierno del estado, diputados del Congreso local, líderes de partidos políticos, periodistas, se juntaban unos 300 asistentes, que es una cantidad que superaba a los pobladores presentes.

De hecho, se cree que la mayoría de la audiencia estaba formada por los representantes de las comunidades de Tehuacán, Zapotitlán Salinas, San Gabriel Chilac y Coxcatlán que participaron en los foros que sirvieron para armar el expediente que se utilizó para hacer la declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible de Puebla del mole de caderas y todo lo que envuelve la preparación de dicho platillo, que pasa por la crianza especial de los chivos, que es el ingrediente esencial.

Es decir, no hubo el interés ciudadano de acudir a dicha festividad, lo que parece ser un termómetro de desconfianza y falta de credibilidad hacia el gobierno de Pedro Tepole.

Y no es para menos, siendo Tehuacán la segunda ciudad más importante del estado y el polo de desarrollo social, económico y político más importante del sur de la entidad, resulta vergonzoso las fallas que ocurren en los servicios de recolección y disposición final de desechos, del antirrábico, del forense, de los semáforos, de la dirección de Seguridad Pública, de las brigadas de arreglo de calles, de dicha demarcación, solo por citar algunas deficiencias.

Faltando un año para que concluya el actual trienio oficial, la percepción en Tehuacán es que Pedro Tepole gobierna con un monumental desgano, como si ya no hubiera nada que atender o resolver en esta compleja ciudad.

 

clh