Cambios en el gabinete abren la brecha para una alianza Morena–PRI “por abajito del agua”
La incorporación de otros tres priistas a puestos claves del gobierno del estado, como son los nuevos titulares de las secretarías de Educación y Transporte, además del organismo constructor de espacios educativos, tiene una lectura ambivalente. Por un lado, ha empezado a generar un fuerte malestar entre los liderazgos del movimiento lopezobradorista, que perciben al gobierno del estado alejado de la 4T. Por otro, estos cambios se observan como una importante estrategia tendiente a garantizar un triunfo electoral de Morena en la sucesión de 2024.
Tal como se advirtió a principios de febrero en esta columna, se está construyendo una alianza no formal, no pública, entre Morena y el PRI, tendiente a que el tricolor a cambio de las posiciones que esta consiguiendo en el actual gobierno, evite una alianza electoral con el PAN en los comicios que habrá dentro de un año para renovar los poderes Legislativo y Ejecutivo, junto con los 217 ayuntamientos.
Es un proyecto que se está construyendo desde Casa Aguayo y tiene en el PRI a Jorge Estefan Chidiac como la contraparte que estaría sumado a ese esfuerzo , junto con otros cuadros del tricolor que están urgidos de regresar a cargos públicos, o mejor dicho a “ser parte del presupuesto”, luego de 13 años de “sequía”, de que los priistas fueron echados del Poder Ejecutivo y los ayuntamientos más importantes de la entidad.
El esquema es muy claro: sin los votos y las mañas del PRI en el proceso electoral de 2024, el PAN se queda sin la posibilidad de competir por la gubernatura del estado.
La votación histórica del blanquiazul –sin los dineros y las trampas del morenovallismo—nunca ha rebasado los 600 mil votos en una elección estatal, por lo que necesita los 300 o 400 mil sufragios que le podría aportar el PRI, para alcanzar y rebasar los más de 850 mil votos que tiene de piso Morena, de acuerdo con los números de la contienda de 2021.
Estrategia similar a la de Coahuila
Se dice que es una estrategia muy similar a la que se ha desplegado en Coahuila, en donde la 4T está “jugando a perder”.
A principios de año, las encuestas reflejaban un empate entre Morena y el PRI. Armando Guadiana tenía entre el 40 y el 43 por ciento de intención del voto, mientras que el candidato del PRI, Manolo Jiménez Salinas, tenía entre 38 y 41 por ciento de preferencias electorales. En ese momento, todavía no había las diferencias entre Guadiana y Mejía Berdeja.
Vino el pleito entre el PT y Morena, entre el candidato morenista y el petista, y ahora Manolo Jiménez –según las ultimas encuestas de marzo— ya le lleva una ventaja de 30 puntos a Mejía Berdeja y de 16 puntos a Guadiana Tijerina.
Existe la especulación de que la 4T habría pactado con la cúpula del PRI, crear las condiciones para que el tricolor retenga Coahuila y pueda llegar al siguiente sexenio con dos gobiernos locales, tomando en cuenta que Esteban Villegas, el mandatario de Durango es priista, aunque la mayoría de su gabinete sea panista.
Partiendo de que la elección del Estado de México, que es “la joya de la corona” por ser la entidad más poblada del país, está prácticamente definida a favor de la aspirante de la 4T, Delfina Gómez.
Para quienes actualmente dirigen el PRI, el oaxaqueño José Murad Macluf y el coahuliense Rubén Moreira, es un asunto de supervivencia para este partido garantizar una gubernatura, a quedarse sin nada. Todo ello a cambio de que se intente romper la alianza electoral con el PAN en 2024, en la elección presidencial.
De parte de la 4T no es que se tenga miedo perder la Presidencia de la República, ya que las encuestas le dan a Morena una importante ventaja sobre toda la oposición. Pero en donde si se percibe un escenario de riesgo es que la alianza entre el Partido de Regeneración Nacional, el PT y el PVEM, no gane la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, lo que imposibilitaría al nuevo gobierno federal emprender reformas constitucionales, tal como actualmente ocurre.
En el caso de Puebla, queda claro que hay una regla de oro: el gobernador no define quien va a ser su sucesor, pero si puede decidir quien no debe el siguiente gobernador.
De tal forma, que se percibe al gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina muy echado para adelante para evitar –hasta donde pueda—que Ignacio Mier Velazco sea el candidato de Morena a gobernador.
Y buscar que no prospere el proyecto de la alianza entre el PRI y el PAN para competir juntos por la gubernatura del estado.