Oscuras intenciones de la edil de Xoxtla con el manejo del agua del municipio

Desde mediados del mes pasado hay un fuerte conflicto en el municipio de San Miguel Xoxtla por el alza en el precio de las tarifas del agua entubada y por la creciente versión de que el ayuntamiento prepara la privatización de este servicio público, mismo que al perecer quiere entregar a la empresa Concesiones Integrales. Ante esta situación, la edil morenista Guadalupe Siyancan Peregrina Díaz ha adoptado una actitud en la que parece ocultar algo o tener malas intenciones, ya que rehúye hablar del tema.

El problema del agua de este importante municipio de la zona metropolitana de Puebla es un asunto añejo, por la creciente escasez del líquido y porque la poderosa acerera regiomontana Ternium –antes Hylsa– tiene concesionado 85 por ciento del agua subterránea de esa región. Sin embargo, el conflicto se ha acrecentado por la actitud de la presidenta municipal que le ha echado un bidón de gasolina a un incendio, en lugar de apagarlo.

La Jornada de Oriente ha intentado en tres ocasiones entrevistar a la edil sobre el conflicto y en todas esas ocasiones, se ha negado sistemáticamente a hablar del tema.
 

Hace unos días el reportero Efraín Núñez le marcó por teléfono a la edil, quien primero contestó en un tono amable, pero cuando el periodista le planteó el tema del agua, su respuesta hostil fue la siguiente:

“Leí su nota, y le puedo decir que es mentira todo lo que se ha publicado sobre mí. En un rato te regreso la llamada porque voy caminando”.
 

Nunca regresó la llamada, ni le volvió a contestar al reportero.

Por el sistema de mensajería de whatssapp se le volvió a pedir una entrevista. Se le ofreció que un periodista de La Jornada de Oriente se podía trasladar a sus oficinas, en la que hora y el día que ella dispusiera. Tampoco hubo una respuesta. Aunque vio la solicitud, no la contestó.

Horas más tarde, un hombre que se identificó como el secretario privado de la edil pidió por teléfono una entrevista para Guadalupe Siyancan Peregrina. Él mismo determinó que la reunión sería este martes, a las 17 horas y en las oficinas del ayuntamiento de San Miguel Xoxtla.
 

Efraín Núñez se presentó en el lugar y la hora acordada. Ahí en el Palacio Municipal todo mundo decía que nadie sabía de la cita.

Luego de mucho tiempo el secretario privado marcó al celular del colega para justificar que su jefa estaba “encerrada” desde hace 5 horas en la Dirección General de Gobierno, a donde había sido llamada junto con funcionarios de otros ayuntamientos, por lo que no llegaría a la entrevista pactada.

El periodista insistió: “¿Cuándo se podrá volver a programar la entrevista?”. Solo hubo silencio del otro lado de la línea.

Guadalupe Siyancan Peregrina convocó el 17 de septiembre pasado a una asamblea pública en el zócalo de la cabecera municipal y ahí, de manera sorpresiva, anunció que el ayuntamiento tomaba el control del servicio de agua y se lo quitaba al comité del pueblo que siempre lo ha manejado. Se justificó que esa organización ciudadana tiene 14 millones de pesos de adeudos y ese es un motivo por lo que se ha acrecentado la escasez del agua entubada.

La edil todo el tiempo sostuvo que ese movimiento era para mejorar la calidad de vida en el municipio y que no había ninguna intensión de lesionar los intereses de su pueblo.

Si es verdad lo que dijo, entonces se cuestiona: si no oculta nada o no tiene malas intensiones, ¿Por qué se niega a hablar de sus planes en torno al cambio del manejo del agua?.

El comportamiento de la edil es muy parecido al que tuvo Norma Layón Aarún, la edil de San Martín Texmelucan, que es un municipio vecino de San Miguel Xoxtla, que en 2019 le quiso quitar el control del agua al organismo operador de esa ciudad, en lo que era un claro intento de darle el servicio a la empresa Concesiones Integrales, la compañía que privatizó el agua en la capital desde el año 2014, como parte de un burdo negocio del morenovallismo.

Con Norma Layón la rebelión ciudadana contra alcaldesa de Morena se frenó por la intervención directa del presidente Andrés Manuel López Obrador –en una visita que realizó al municipio–, que por un lado calmó los ánimos de los inconformes a quienes les pidió ya no cuestionar a la edil y al mismo tiempo, dio la orden de frenar ese impopular proyecto de volver el agua una mercancía.

Los asesores –si es que los tiene—de Guadalupe Siyancan Peregrina le deberían recomendar que se vea en el espejo de Norma Layón, que se tambalea en el cargo por su enorme impopularidad y la tragedia de San Baltazar Temaxcalac, en donde un depósito de agua recién inaugurado por la edil se desplomó y aplastó a dos ciudadanos.

En el último mes ha ejecutado tres acciones muy oscuras sobre el asunto del agua en San Miguel Xoxtla:

El ayuntamiento le quitó al comité del agua el control del servicio hídrico.

Subió las tarifas del agua de 500 a 700 pesos, en el pago anual, sin dar beneficios a personas sin trabajo o de la tercera edad, como si lo hacía el comité ciudadano.

Y con el resguardo de la policía le dio “mantenimiento” a uno de los tres pozos importantes de la localidad.

Todo eso huele muy mal.

O mejor dicho huele a la presencia de Concesiones Integrales, una empresa que apesta por sus abusos.