A Alito no lo van a desaforar y Adán Augusto se prepara para tomar el control de Morena
Cuál va a ser el alcance de “la suspensión temporal” de la coalición opositora Va por México? Algunos actores de la 4T calculan que esa fractura va a ser de largo alcance, hasta la elección presidencial y la sucesión de gobernador en Puebla, junto con los comicios en varios estados. Hay toda una operación política para que se aprovechen al máximo las debilidades del PAN y el PRI, que permitan una transición tersa a Morena y sus aliados al siguiente sexenio.
Sin ir más lejos, un diputado federal de la 4T ayer comentaba a este tecleador que en el grupo parlamentario de Morena en San Lázaro se definió el pasado miércoles que queda descartado el proceso de desafuero contra Alejandro Moreno Cárdenas, el presidente nacional del PRI, mejor conocido como Alito, situación que le permitiría contar con inmunidad para librarse hasta 2024 de las querellas legales que le iniciaron en Campeche –de donde fue gobernador— por enriquecimiento inexplicable.
La manera en que se va a garantizar que no se consigne penalmente el dirigente priista es que hay un empate en la comisión legislativa que resolverá la solicitud de declaración de procedencia del desafuero. Hay el mismo número de legisladores que están a favor de quitarle la inmunidad constitucional y los que están en contra.
La secretaria general del PRI, Carolina Viggiano Austria, es esposa de Rubén Moreira y también se beneficiaría que no perdieran el coto de Coahuila, luego de que esta mujer fue derrotada –en junio pasado– como candidata priista en la sucesión de Hidalgo, en donde Julio Menchaca Salazar, el abanderado morenista vapuleo al tricolor tres a uno y cortó de tajo la hegemonía, de casi un siglo, del Partido Revolucionario Institucional en esa entidad del centro del país.
Y no se duda, que incluso el PRI –que en realidad es controlado por José Murat Casab, el exgobernador de Oaxaca— estaría intentando aprovechar negociar no perder la elección del estado de México, que es su territorio más emblemático por la presencia del llamado Grupo Atlacomulco.
Se dice que la ruptura con el PAN y supuesta negociación del PRI con la 4T surgió como una idea del grupo formado por Alejandro Moreno Cárdenas, Rubén Moreira, José Murat y Carolina Viggiano, entre otros actores, que analizaron fríamente el panorama por los dos siguientes años, de esta manera:
Si el PRI mantiene la alianza con el PAN, el próximo año hay toda la posibilidad de que el tricolor literalmente pierda todo en los comicios de 2023.
El PAN, de entrada, por una ambición desmedida de su presidente nacional, Marko Cortés, desplazó al PRI de la definición del candidato a gobernador del estado de México, al adelantarse a impulsar, mejor dicho imponer, la figura del legislador local Enrique Vargas del Villar. Eso significa dejar al tricolor fuera del poder en esa entidad, aún ganando la oposición las votaciones del próximo año.
En esa perspectiva, se analizó que si se pierden los comicios de Coahuila –en donde están en empate técnico el tricolor y Morena–, el PRI se quedaría por primera vez en su larga existencia sin un solo gobernador, lo que le significaría al partido caer en la absoluta marginalidad.
Sobre todo, porque Esteban Villegas, quien hace unos meses ganó la elección de gobernador de Durango, se supone que llegó como una posición del PRI, pero se ha empezado a decantar a formar un gabinete con cuadros del PAN.
A lo anterior, habría que agregar que Alito corre el riesgo –bien ganado— de no acabar su mandato como dirigente del PRI y como legislador federal por la posibilidad de ir a la cárcel por los procesos legales que le iniciaron en Campeche.
Es por lo que el PRI –el que dirige Moreno Cárdenas y no el que encabeza el senador Miguel Ángel Osorio Chong– valoró que le convenía más dar un viraje y entrar a negociar con la 4T, en lugar de seguirse envalentonando en la alianza con el PAN y el PRD, en donde no hay garantías de ganar algo importante en los dos siguientes años.
Y ese afán de negociación encontró eco en Adán Augusto López Hernández, el secretario de Gobernación federal.
Muchos morenistas especulan que el exgobernador de Tabasco estaría operando sacar el máximo provecho a la ruptura entre el PRI y el PAN para que tenga un afecto de largo alcance, bajo la perspectiva de que él sería el encargado de conducir la sucesión presidencia del lado de la 4T.
Hay una pregunta clave: ¿por qué Adán Augusto López Hernández, siendo gobernador de Tabasco con licencia y un poderoso secretario de Gobernación federal, tuvo interés de competir –en julio pasado– por una consejería de Morena en su estado natal?
La respuesta es muy sencilla, o eso parece: porque para ser presidente de Morena es necesario ser consejero nacional del partido.
Y muchos creen, que se estaría preparado el relevo para que Adán Augusto López Hernández llegue a la presidencia nacional de Morena, en lugar de Mario Delgado, quien ha demostrado que como dirigente partidista “ni picha, ni deja pichear”, es decir es un pésimo conductor de los planes políticos de la 4T.
Todo lo dicho anteriormente, son especulaciones que no dejan –por ahora— de tener mucho acomodo en los últimos acontecimientos políticos.