Delegado de Profepa, omiso en destrucción de bosques, lagunas y fauna silvestre
Si hay un funcionario público en Puebla que desconcierta, exaspera, tanto a sus pares estatales y federales es Floriberto Milán Cantero, el encargado de despacho de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), quien sin ningún rubor se comporta omiso para actuar contra la destrucción de bosques, cuerpos de agua y la fauna silvestre. En unos casos simplemente nada le motiva a intervenir y en otros, pareciera que protege a los depredadores
Ha trascendido que ya habría una investigación en su contra, de parte del gobierno federal, para revisar su actuación en varias denuncias de daño al medio ambiente en el estado de Puebla en que la Profepa se ha negado a intervenir o nada hizo contra autores de delitos medioambientales.
Muchos se preguntan: ¿Quién lo protege o a que intereses responde? Para tener una actitud displicente y no tener temor a ser echado del Poder Ejecutivo federal.
Como parte de ese errático comportamiento del encargado de la Profepa, sin ningún empacho, en varias ocasiones se ha enfrentado y –dicen que—hasta insultado a Beatriz Manrique Guevara, la titular de la Secretaría del Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial de Puebla (SMADSOT), cuando la segunda ha pedido en varias ocasiones que Floriberto Milán Cantero intervenga en inspecciones que son de su competencia.
Un caso celebre fue cuando se destruyeron los estromatolitos –formaciones geológicas con 3 mil años de vida—de la laguna de Alchichica, en el municipio de Tepeyahualco de Hidalgo, y acudieron funcionarias de la SMADSOT y la Comisión Nacional del Agua a atender la denuncia del delito medioambiental.
Cuando la autoridad federal y estatal le pidieron al encargado de la Profepa que hiciera su labor, la respuesta fue, palabras más, palabras menos, que no era algo relevante lo ocurrido con los estromatolitos: “ustedes están aplicando juicios emocionales y sentimentales”, dijo para justificar la falta de inicio de una acción legal.
Ese mismo comportamiento se ha percibido en recientes denuncias de que existe una fuerte tala inmoderada y al parece ilegal en los bosques de la Malinche, del lado del estado de Puebla, sin que la autoridad federal haga algo, no solamente para intentar frenar el derribo de árboles sino para perseguir judicialmente a los responsables de la depredación.
Otro caso famoso es cuando de manera sorpresiva, en enero de 2021, un hombre apareció a plena luz del día y de manera despreocupada paseando a un tigre cachorro –de 3 meses de edad—en las calles de la junta auxiliar de La Libertad, en las inmediaciones del parque del volcán del Cuexcomate.
Al día siguiente de que se hizo viral las imágenes del felino atado a una simple correa y que era paseado como si fuera una mascota doméstica, la SMADSOT localizó el inmueble en donde tenían a dicho animal en condiciones deplorables y además, había restos de aves muertas, junto con algunos reptiles. Ya estaba el tigre y quien ocupaba ese espacio, pero si había un refrigerador con carne que utilizaban para alimentar este ejemplar.
Un día después, agentes de la Guardia Nacional detuvieron a un hombre de 26 años de edad, en la carretera San Hipólito- Xalapa, cerca de Acatzingo, que llevaba al tigre en cuestión y no tenía ningún permiso para tener un ejemplar de fauna silvestre. El descubrimiento se hizo por casualidad, ya que al felino lo llevaban en un auto compacto y que era fácil detectarlo.
En todo ese escándalo, cuentan los que saben, no hubo una intervención a tiempo de la Profepa. Ya tomó cartas en el asunto hasta que intervino la Guardia Nacional.
Y como esas hay muchas historias que ponen a la Profepa y su encargado como piezas claves de la impunidad de delitos medioambientales en Puebla.