Sin pruebas, intentan vincular a Antorcha con Chalchihuapan
En una muestra contundente de la corrupción que intoxica al PRD y que supura por todas sus ramificaciones, incluidos los medios de comunicación a su servicio, el lunes 24 de noviembre, La Jornada de Oriente dedicó, nada más y nada menos, que su nota de primera plana, su editorial y su columna estrella (“Cuitlatlán”), para vendernos la idea de que las detenciones del edil auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan, Javier Montes García, y su padre, Pedro Montes (esta última ocurrida hace dos años bajo una acusación por narcotráfico), en realidad fueron parte de una “revancha política” para beneficiar al Movimiento Antorchista.
Según las conjeturas de Fermín Alejandro García, autor de la columna de marras y jefe de información de La Jornada de Oriente, el problema en San Bernardino Chalchihuapan, junta auxiliar de Santa Clara Ocoyucan, “empezó hace dos años”, cuando la justicia descubrió “un narcolaboratorio en un rancho cercano a Chalchihuapan” y que entre los detenidos se encontraban Pedro Montes y Pascual Xelhua Montes, “quien hace tres años contendió por la presidencia auxiliar de Chalchihuapan y perdió por tan sólo dos votos contra el candidato contrario, quien es militante de Antorcha Campesina”.
De ahí, Fermín Alejandro García se avienta un salto mortal y concluye: “el narcolaboratorio pudo ser un hecho inventado para generar una revancha política”.
Si el narcolaboratorio en el que trabajaba Pedro Montes y sus secuaces fue inventado o no, toca a la justicia probarlo, pero de ahí no se desprende, señor jefe de información, que se haya tratado de una detención política para beneficiar al Movimiento Antorchista.
Y aporto tres elementos lógicos:
En primer lugar, si Antorcha hubiera querido deshacerse de un “enemigo político” como, según Fermín Alejandro, es Pascual Xelhua, ¿entonces por qué meter al problema a Pedro Montes? ¿No habría sido más sencillo ir sólo contra Xelhua?
En segundo lugar, si era un “enemigo” político al que ya habíamos derrotado en las urnas, ¿qué caso tenía “ordenar” su detención?
Eso tampoco se lo explica Fermín Alejandro García, y, por ende, no lo explica a sus lectores.
Finalmente, si su detención es tan ilegal y arbitraria, como Fermín afirma, ¿por qué no la denunció en su momento? ¿Por qué esperar ¡dos años! para hacer la “denuncia”?
De ahí en adelante, el texto de “Cuitlatlán” defiende a capa y espada al hijo preso, Javier Montes; mientras que en la nota de portada referida se acusa, sin sustento ¡una vez más!, que “el encarcelamiento de Jairo Javier” tuvo como “patrón” el ocurrido “a su padre en un proceso electoral de 2012, cuando las autoridades salieron a defender a un político proveniente de Antorcha Campesina”.
O sea que, según La Jornada de Oriente, también el edil auxiliar fue detenido como “revancha política” de Antorcha.
¿Cómo prueban esto La Jornada, Fermín Alejandro y el autor de la nota?
¡No lo prueban! ¡Vaya periodismo!
Pero para persona honrada hay dos elementos clave que hacen falta en este intento de La Jornada por enlodar al Movimiento Antorchista en los problemas de Chalchihuapan.
El primero es que desaparece por completo la trifulca en la Autopista Puebla – Atlixco, el día 9 de julio, y que es la causa, según las autoridades, de la detención del edil Javier Montes y por lo que se le acusa de intento de homicidio. ¡
Fermín Alejandro borra de un plumazo este suceso que le dio la vuelta al mundo.
Pero la pregunta es: ¿Y por qué Fermín, en los tres textos de marras, “olvidó” ese detalle? Porque ese hecho, en particular, tira por la borda sus conjeturas sobre la “revancha política” y dice a las claras que si el edil está ahora preso se debe a hechos en los que sí participó y en los cuales, como antes hemos demostrado, Antorcha nada tuvo que ver.
En su intento por meternos con calzador en el problema, Fermín Alejandro García, columnista de La Jornada, se avienta la puntada de omitir la trifulca que fue noticia mundial. ¡Ése es el periodismo perredista! Ésa es la clase de militantes que tienen al PRD sumido en la crisis profunda de la que, para no ahogarse, los más zorrunos se han desmarcado.
¿Y quién ordena el ataque?
Éste es el otro elemento que falta en la narración de Fermín. El jefe de información también borra de un plumazo a varios actores políticos que se encuentran detrás de la pelotera en San Bernardino Chalchihuapan, a cuya cabeza se encuentra Roxana Luna Porquillo.
¿Y por qué?
No creo que sea un mero “olvido” de Fermín no mencionarla, muy a pesar de sus ansias de protagonismo.
Lo más grave es que La Jornada de Oriente se ha convertido en recadero de una tríada infernal que, en Chalchihuapan, ha lanzado octavillas en las que se amenaza de muerte a varios antorchistas y que, en por lo menos cinco ocasiones, ha bravuconeado con la advertencia de que sacarán a Antorcha del municipio al precio que sea, aunque nosotros no andemos buscando pleito y sigamos, como antes, trabajando a favor de los más necesitados de esta paupérrima junta auxiliar cuyo mayor problema es la pobreza en la que se debate la mayoría de sus habitantes.
Estas amenazas, estas bravatas que no corresponden con la imagen de “líderes perseguidos” que ahora nos quieren vender Fermín y sus secuaces, las hemos denunciado ya con anterioridad y no voy a detenerme en ellas; baste decir que La Jornada se empeña en defenderlos, con razones increíbles.
Twitter @aquilesmbrito