Pero era una comparecencia suya, como secretaria y donde sólo ella podía comparecer. El mensaje que envió la presencia de funcionarios de tanto rango, en lugar de fortalecerla, la debilitó.
La funcionaria no estaba contenta con lo que acababa de escuchar. Ni ella ni los integrantes del gabinete de seguridad presentes en el salón de sesiones del Senado.