agosto 4, 2025
10:15 pm
La Pluma, Milenio
MORENA: el desafío de la cohesión
Es un error estratégico promover formaciones partidistas al margen del movimiento nodriza, porque compiten por la misma base de apoyo.
Creo que están más que acreditadas las hazañas políticas del movimiento de MORENA en solo once años de vida. Ganar dos veces la Presidencia de la República (la segunda ocasión, con la Dra. Claudia Sheinbaum al frente, con un mayor margen de votos que la primera vez); obtener la mayoría absoluta de las cámaras federales y la mayoría calificada, en unión con los aliados PVEM y PT; dos terceras partes de los gobiernos estatales del país y de los congresos locales, y gobernar más de la mitad de los municipios de México.
El porcentaje de la población gobernada por MORENA, en los tres niveles de gobierno o en las representaciones legislativas, federales y locales, rebasa el 50 %. Es decir, MORENA es un partido hegemónico en varias regiones del país, dentro de un sistema de competencia electoral abierta. De esta preeminencia nacen todas sus fortalezas, pero también buena parte de sus desafíos actuales.
Al menos cuatro de las nuevas organizaciones que buscan su registro como partidos políticos se reconocen como “claudistas” unos y como “obradoristas” otros. Cuando pregunto a sus dirigentes por qué no buscan mejor integrar sus esfuerzos dentro de MORENA, algunos me responden positivamente: “aspiramos a ser los hermanos menores de MORENA”, mientras que los más combativos consideran que “el movimiento se está desviando con la aceptación de priistas, panistas y perredistas que solo buscan seguir medrando de la política”. Otro grupo, el de los pragmáticos, terminan sincerándose en sus propósitos del plazo inmediato: “en MORENA, la fila para las candidaturas está muy larga y creemos que podemos avanzar más por fuera del movimiento, y luego buscar ser sus aliados”.
MORENA no permite, por disposición estatutaria, el surgimiento de corrientes, expresiones o “tribus” a la manera en que se dieron en el extinto PRD (y que en buena parte lo llevaron a su desaparición), y tal situación pudiera estar estimulando la existencia de estos otros grupos que ahora buscan existir como partidos al margen de MORENA. Sin embargo, es un error estratégico promover formaciones partidistas al margen del movimiento nodriza, porque compiten por la misma base de apoyo y el mismo electorado, y al no sumar nuevas fuerzas, sino competir por los mismos cuadros, terminan debilitando al movimiento, aunque esa no sea su intención.
Ahora bien, tampoco hay que asustarse por las “crisis de crecimiento” o los “desafíos de expansión” que registra toda formación política en ascenso vertiginoso. Solo hay que evitar que estos impulsos rebasen o aprisionen a una organización en desarrollo. Para ello existen los procesos de institucionalización de liderazgos y de organicidad de su vida interna.
Ayudamos más a la presidenta Claudia y al presidente AMLO promoviendo la cohesión y expansión del movimiento, que la división y partición en varias expresiones.
El programa que aprobó hace unos días el Consejo Nacional de MORENA, que da prioridad a la afiliación de 10 millones de simpatizantes; a la construcción de más de 80 mil comités seccionales; a la orientación y apoyo a las autoridades municipales del movimiento, para que hagan buenos gobiernos, y a la comisión de admisión de nuevos cuadros, son acciones que van por el camino correcto.
Tenemos a la primera presidenta de México, que también es la persona titular del Ejecutivo con la mayor aceptación ciudadana en nuestra historia reciente. El reto para MORENA y sus cuadros legislativos es que estemos a la altura de ella, no a su zaga.
ricardomonreala@yahoo.com.mx
X: @RicardoMonrealA
clh