Se destapó una cacería mediática y en redes sociales, azuzada por Morena y sus aliados, contra el Ayuntamiento de Puebla.
¿Qué pasó?
El gobierno de Adán Domínguez en la capital reportó un sobregiro presupuestal cercano a los 600 millones de pesos.
Por ello, la gestión panista planteó contratar un crédito por la misma cantidad para cubrir el gasto de más que se ejerció, cuando falta una semana para concluir el trienio.
Eso bastó para que la pandilla de Vivancolandia saltara a descalificar a la autoridad municipal. Leobardo Rodríguez, quien se sirvió con la cuchara grande en la gestión de su jefa Claudia Rivera Vivanco empezó a gritar “Al ladrón, al ladrón”.
Diputados, líderes, gobernantes, taxistas tóxicos, travestis de la peluca, voceros del lavado de dinero, y demás se lanzaron con todo.
Los claudistas presumieron que tres años antes se pagó deuda y se devolvieron recursos que sobraron a la Federación. Vaya estulticia. Si se cubrió el débito y reintegraron subejercicios fue porque Morena en la alcaldía dejó como magna obra a los bolardos.
El Centro Histórico lo entregaron a ambulantes y mercados a narcomenunistas.
Leobardo Rodríguez, en Administración; el entonces tesorero Armando Morales; Andrés García Viveros desde Presidencia; Israel Román Romano y sus 70 obras que dejó sin concluir y Roberto Zataraín controlaban el moche y reparto de dinero por fuera.
Ahora se indignan, pero lo peor: el sobregiro de 600 millones de pesos no se compara con los 600 millones de pesos que se perdieron en el gobierno morenista de Miguel Barbosa con Banca Accendo.
Y menos que la secretaria de Finanzas, María Teresa Castro, haya “invertido” en un bróker (Fóndika), manejado por su pareja sentimental, nada menos que 6 mil 800 millones de pesos, de los cuales 4.5 millones eran participaciones federales.
Ahí los de Morena y aliados callaron.
Hasta Mónica Rodríguez, la diputada local del PAN, se fue contra Eduardo Rivera y Adán Domínguez por el sobregiro, sí la misma que aprobó el quebranto de 600 millones con Accendo del 2021, en la cuenta pública barbosista del 2022.
Incluso, sus medios en redes sociales. Muy valientes para llamar a una autoridad sustituta, pero a la otra no.
Los de Morena ven la paja en el ojo ajeno, pero no miran la viga en el propio.
clh