Aunque ganaron la elección, persiste malestar contra la pareja presidencial de Zacatlán

Son dos temas que agravian mucho a un importante sector de la opinión pública en Zacatlán: los escándalos con la obra pública en el último trienio y el creciente clima de inseguridad pública.

Un par de ejemplos de esos cuestionamientos son los siguientes:

En septiembre de 2021, cuando José Luis Márquez todavía era del PRI y llevaba un mes de alcalde de Zacatlán, se mandó a retirar el kiosco de la plaza principal del municipio. Se dijo que habría una remodelación integral del área y se reforzaría la estructura metálica en cuestión.

Hace no mucho, tres años después, finalmente regresó el kiosco, sin que se tenga una explicación convincente de la extrema tardanza para arreglar la caseta estilo oriental, que tiene un tamaño promedio como las que hay en la mayor parte de los parques públicos de México.

De acuerdo con la ficha técnica de la Dirección de Obras del ayuntamiento de Zacatlán, los trabajos consistieron en cortar y demoler un muro de la base; derruir el concreto armado de una jardinera; y destruir la losa de concreto artesanado en donde va incrustado un reloj. Luego de ello, se volvieron a reconstruir las paredes que se tiraron. Y se pintó el techo y se volvió a colocar. Además, se arregló la iluminación.

Dicha obra tuvo un costó un millón 367 mil 776 pesos con 60 centavos, es decir una cantidad más grande de lo que se invierte en construir una casa de 2 pisos, desde los cimientos hasta las paredes, los techos, las instalaciones hidráulicas, los closets, los sanitarios y los acabados.

Todos los que han visto el kiosco recién colocado, que se pagó con los fondos del FAISMUN 2024, opinan que solo le dieron “una pintadita”.

Y lo que nadie acaba de entender es por qué se tardaron casi 3 años en la remodelación de un kiosco.

Para ser claros: la administración de José Luis Márquez se demoró en arreglar un kiosco de 14 metros de diámetro más o menos el mismo tiempo en que tardó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en construir un tren de mil 500 kilómetros de longitud, así como un aeropuerto que se extiende en mil 531 hectáreas.

Un segundo ejemplo: hace unas semanas hubo una balacera en el Centro Histórico de Zacatlán, dejando un saldo de 2 heridos.

No es un hecho aislado. Las balaceras y ejecuciones estuvieron a la orden del día en el trienio que está por terminar.

Se ganó por la marca

Aunque parezca contradictorio, Beatriz Sánchez Galindo ganó la elección del 2 de junio bajo las siglas de Morena, pero en medio de un abundante malestar del electorado en su contra y de su marido.

José Luis Márquez no buscó la reelección porque las encuestas arrojaban un fuerte rechazo de la población en su contra, luego de que su segundo gobierno como alcalde priista de Zacatlán fue peor que el primero, ocurrido en la época el exgobernador Melquiades Morales Flores.

Por eso decidió abandonar su militancia priista y tramitar ante Morena que, en lugar de que él fuera postulado para la reelección, se nominara a su esposa Beatriz Sánchez Galindo.

Y al final lo que hizo ganar la abanderad morenista fue la brutal popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, que hizo triunfar a muchos malos aspirantes en Puebla y el resto del país.

Los números no son muy halagadores: la abanderada de la 4T en Zacatlán obtuvo 14 mil 549 votos, contra 12 mil 559 de Eloísa Barrios, la candidata del PAN. Hubo una diferencia de 2 mil sufragios.

Esa diferencia de votos en tres años la podría revertir la oposición, si Beatriz Sánchez Galindo no gobierna, aunque sea un poco mejor que su esposo.

 

clh