Llegó la hora de las definiciones.
Con el estandarte de la Reforma Judicial, la Cuarta Transformación enfrenta el último jalón contra la derecha y críticos.
En unas semanas, Andrés Manuel López Obrador dejará la Presidencia en manos de Claudia Sheinbaum. Sus aliados son ya un ente monolítico para sacar adelante las reformas.
La asignación de plurinominales es la piedra angular de la estrategia para cambiar por siempre al país.
Los adversarios ya definieron que se echarán el último round con la 4T, sin importar los costos, tras el ridículo electoral del 2 de junio.
Ahora mueve a la Marea Rosa que nació como expresión ciudadana y acabó en los brazos de Xóchitl Gálvez. Convocan a marchar contra la 4T, el próximo 8 de septiembre.
Los gobernadores han cerrado filas, a favor de las reformas al Poder Judicial. Al final, también pasará por la aduana de los congresos locales.
En el último round los bandos están definidos. No hay tiempo para matices o medias tintas. Es la guerra del poder, en la que una vez más la oposición terminará en el ridículo.
Y todo porque origen es destino. Lo que mal empieza, peor acaba.
Esperaron siempre a reaccionar a todo aquello que proponga la 4T. Usaron la calle y fallaron; fueron a las urnas y erraron; ahora pretenden en la mesa de tribunales arrebatar lo que no obtuvieron en las elecciones del 2 de junio.
Ni el.discurso del narco ha servido, por lo que han alentado un paro nacional en el Poder Judicial contra una reforma que todos sabíamos se echaría a andar, tras los comicios.
Que nadie se sienta engañado, en tiempos de timadores.
clh