De la elección en el PAN, la excarcelación de Marín, el descarte de Paloma Guillén y otras cosas
Que la elección de nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN vaya a realizarse el domingo 10 de noviembre no significa que tenga que suceder lo mismo en los estados del país donde habrá renovación de dirigencias locales, como Puebla.
Por el contrario, los actores poblanos interesados en el tema han consultado qué ocurrirá aquí en la entidad y les han respondido que no habrá contiendas concurrentes, que la renovación de presidencias estatales no se llevará a cabo ese mismo domingo, sino que se hará después, una vez que se haya concretado el relevo de Marko Cortés Mendoza.
Ahora, que la Comisión Organizadora de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional haya establecido la elección directa mediante el voto de los militantes como método para definir al nuevo presidente, un hecho que se dio a conocer el pasado jueves 8 de agosto, sí les sirve a los simpatizantes blanquiazules para anticipar lo que pasará en el resto de la República.
Digamos que hay consenso entre los participantes para pensar que así será.
Quien quiera competir por la posición que hoy ocupa Augusta Valentina Díaz de Rivera tendrá que hacerlo bajo el mismo método, lo cual significa que habrá que hacer campaña interna para tratar de convencer a los 21 mil 584 militantes que tiene registrados el partido blanquiazul en el estado.
Por el momento no hay reglas formales ni convocatoria que permitan saber con exactitud cuándo y cómo será la contienda para elegir al presidente del partido político opositor más importante de Puebla.
No obstante, gracias al anuncio del jueves, relacionado con la contienda nacional, puede preverse que la estatal será después del 10 de noviembre y a través de una elección abierta, tal y como han demandado hasta el día de hoy los panistas opositores al grupo de Eduardo Rivera Pérez, quienes desean un cambio de fondo en la dirigencia.
Esto lleva a revisar quiénes son los personajes que se perfilan para pelear por la presidencia del partido para apoderarse del bastón de mando en una etapa de severa crisis institucional, en la que ha sido anulado por la supremacía política del presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena.
Varios liderazgos han levantado la mano para apuntarse a la contienda, pero son pocos quienes han ido fortaleciéndose gracias a las alianzas que han realizado internamente con sus correligionarios.
Anote usted en primer término al candidato oficial, Adán Domínguez Sánchez.
El presidente municipal suplente de Puebla es la carta de Eduardo Rivera y Augusta Díaz para retener el poder, con todo lo que ello implica de cara a la gestión del morenista Alejandro Armenta Mier y la definición de candidatos para el próximo proceso electoral.
En segundo sitio ponga a Edmundo Tlatehui Percino.
El alcalde saliente de San Andrés Cholula ha sumado el apoyo de Mario Riestra Piña y Jesús Zaldívar Benavides, un acontecimiento que no es menor si se considera que el municipio de Puebla, donde tienen su fuerza estos últimos dos personajes, concentra 4 mil 640 militantes.
Tome en cuenta a Mónica Rodríguez Della Vecchia en tercer lugar.
La diputada local ha atraído la simpatía de aquellos panistas que quieren despojar al partido de los viejos clanes y que quieren devolverle un tanto de congruencia entre lo que dicta la ideología y la que muestra la acción.
Rafael Micalco Méndez, expresidente del partido, líder de bancada y diputado electo, figura como uno de los aliados importantes de la legisladora.
El desenlace no está escrito aún.
Faltan –al menos– tres meses para la contienda y algunos capítulos más por venir.
Mientras, pese a la orientación nacional, Eduardo Rivera insistirá en la elección por la vía del Consejo Estatal para evitar contratiempos y sobresaltos.
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La liberación del exgobernador Mario Marín Torres puede perjudicar políticamente a personajes que fueron muy cercanos a él y que hoy han vuelto a estar vigentes gracias a los resultados electorales del 2 de junio.
Basta hacer un repaso por las reacciones de los usuarios de los medios de comunicación y las redes sociales a la excarcelación del político caído en desgracia para comprender la animadversión –bien ganada– que pesa sobre sus hombros.
Desde el sábado que trascendió la noticia gracias a los posteos de la escritora Lydia Cacho la condena pública fue unánime, en contra de Marín por la comisión del delito de tortura que se le atribuye y en contra del Poder Judicial por liberarlo.
Incluso libre, que no inocente por ahora, la opinión publicada ya lo juzgó y lo encontró culpable.
Por eso es que deben tener extrema precaución aquellos marinistas del pasado con el deseo de volverle a ver para ratificarle sus lealtades o simplemente para darle un abrazo y recordar en la charla viejas glorias.
El peligro no es para Alejandro Armenta Mier, que fue su colaborador.
Armenta ya es gobernador electo y nada evitará que rinda protesta en diciembre para ejercer el poder.
Si en campaña no fue mermado por ese episodio de su vida profesional, menos sucederá en el presente.
Quienes sí corren peligro son esos exmarinistas que colaboraron en la campaña del candidato a gobernador, que hoy integran su equipo de transición y que desean incorporarse a la administración estatal en posiciones de primer nivel.
Ellos son quienes deben cuidarse.
Si no lo hacen, si se acercan a Marín Torres y son exhibidos en flagrancia, ya no entrarán al gobierno del estado, o al menos no en los puestos a los que aspiran.
Por lo pronto, no sería extraño que el gobernador electo decida posponer uno que otro nombramiento para observar cómo se desarrollan los hechos relacionados con la excarcelación de quien fue –hasta hoy– el último gobernador priista.
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En el círculo de colaboradores de la presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI de Tamaulipas, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, se asegura que la dirigente no tiene hasta el momento invitación de Alejandro Armenta Mier para incorporarse a su gobierno, y que tampoco ha sido contactada por algún representante del Congreso poblano para ser convidada a participar en el eventual proceso de relevo del fiscal Gilberto Higuera Bernal.
A diferencia de lo que se informó en esta columna el lunes pasado, los colaboradores de “Paloma” Guillén afirman que su jefa pretende quedarse en su estado natal para desempeñarse en las posiciones que ocupa, como presidenta del partido y como virtual diputada local, y que no ha hecho planes para venir a Puebla.
Reconocen, sí, que tiene una muy estrecha relación personal con el mandatario electo, pero admiten también que su plena identificación con el partido tricolor le resta posibilidades de participar en una administración emanada de Morena y la 4t, como la de Armenta.
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Es poco probable que usted se haya sorprendido con el arranque del bloqueo emprendido el martes en la autopista México-Puebla por un grupo de ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan que demandaba el pago de una añeja indemnización no cumplida por parte del gobierno federal.
En lo que va de 2024 se habían registrado cuatro bloqueos previos en la misma vía de comunicación. Un año atrás, en 2023, pasó lo mismo en siete ocasiones.
Todas estas manifestaciones sucedieron por motivaciones diversas, pero llevaron un mismo fin: fastidiar el tránsito vehicular y a miles de personas para llamar la atención y conseguir respuesta a sus demandas.
Así que ya no era novedad que ocurriera un nuevo bloqueo.
Lo que seguramente no esperaba fue lo que pasó después.
El bloqueo rompió el récord anterior, que era de 20 horas, y llegó a 91, al comenzar a las 11 de la mañana del martes y terminar a las 6 de la mañana del sábado.
La gravedad del problema generado por ese bloqueo –de casi cuatro días– quedó expresada en las redes sociales y en la cobertura periodística del acontecimiento.
Mal harán –haremos– los poblanos en permitir que el cierre de la autopista por parte de inconformes furibundos –con razón o sin ella– se vuelva tan trivial como tomar Reforma y el bulevar 5 de Mayo en la ciudad de Puebla.
Tampoco está bien expropiar tierras y dejar sin su respectivo pago a los campesinos.
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Es cierto que el elogio en boca propia es vituperio, pero con su permiso me permitiré exaltar el gran trabajo que hicieron los periodistas de El Sol de Puebla en la cobertura del bloqueo.
Ha pasado en otras ocasiones, pero ahora fue más evidente la réplica que hicieron muchos otros medios, tanto locales como nacionales, del material que generaron los reporteros y los fotógrafos de este diario desde el inicio del cierre de la carretera.
Grandioso será el día en que todos den el crédito correspondiente por esa apropiación de notas, fotos y videos, pero ese es otro asunto.
La cobertura de este hecho refleja lo que es El Sol de Puebla en la actualidad.
El medio que usted lee en este momento conserva los mejores valores del periodismo tradicional, el que privilegia la calidad informativa y la verificación de datos, el que reportea los acontecimientos cara a cara con los protagonistas de las historias, y agrega las virtudes de los nuevos tiempos: emplea la tecnología para comunicar con inmediatez, en tiempo real, a través de las plataformas digitales que han revolucionado este ejercicio y que han llegado para quedarse.
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El autor de esta columna reconoce que ha sido intermitente en sus publicaciones y se disculpa por ello. Aunque no parezca, no ha tomado un descanso desde las festividades decembrinas y recientemente pasó por un ataque de covid que menguó sus fuerzas durante casi dos semanas.
Sirva eso de preámbulo para despedirse temporalmente, pues ahora sí, cómo no, se tomará unas muy necesarias vacaciones. Dos semanas nada más.
Hasta la próxima.
@jorgerdzc
clh