Nacho Mier acaba distanciado de los líderes de la 4T
A Ignacio Mier Velazco le quedan escasos 23 días como coordinador parlamentario en Morena en San Lázaro y los que le rodean lo observan acongojado, en ocasiones, en otras molesto y fuera de lugar, pese a que tiene asegurada una curul de senador de la República en el sexenio que está por comenzar. Su comportamiento obedece a que concluye su actual labor distanciado de los dos principales líderes de la 4T: el presidente Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo, la próxima mandataria de México.
En las formas se ha respetado su investidura como coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en la Cámara de Diputados, pero en la practica ha sido claro que lo han desplazado de la toma de decisiones y en la organización del nuevo ciclo de la 4T.
Esa condición se observó en los recientes foros de la reforma judicial que, formalmente estuvieron a cargo de Mier Velazco, pero quienes realmente llevaron la batuta en la confección y ejecución de esa consulta fueron Ernestina Godoy Ramos, la próxima titular de la Consejería Jurídica del Gobierno de la República y el legislador del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña.
No es un asunto menor, sino es reflejo de que le perdieron la confianza en Palacio Nacional, una situación que se acrecentó en las últimas semanas, particularmente después de los comicios del 2 de junio cuando Mier se precipitó en anunciar que se intentaría aprobar los proyectos de reformas constitucionales de la 4T en el periodo de transición de la legislatura federal que está por terminar y la que va a iniciar en tres semanas.
Ese anunció, cuentan los enterados, fue un intento de Mier de querer recuperar un papel protagónico en la Cámara de Diputados y de esa manera buscar revertir la mala relación que tiene con el equipo de la próxima presidenta de México.
Le fue mal porque en Palacio Nacional no le habían autorizado hablar del tema y se supone que, el anuncio del paquete de reformas, lo iba a realizar Sheinbaum Pardo, en un encuentro que se tenía programado entre los legisladores federales salientes y los entrantes que son de Morena y los partidos aliados.
Ese tropiezo de Ignacio Mir no es la única causa de los problemas que enfrenta, sino solamente fue el último empujón para que se apagara “su estrella” como coordinador legislativo.
Claudia Sheinbaum nunca le ha tenido confianza. No se sabe bien cual es el origen de esa mala relación. Sólo ha trascendido que tuvieron muchas diferencias en su interacción de Mier como coordinador parlamentario y de la primera como jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Una prueba de esa mala relación es que Claudia Sheinbaum nunca le dio una audiencia en privado, que le pidió insistentemente el legislador poblano, durante el proceso interno de Morena para seleccionar al candidato de la 4T al gobierno de Puebla.
Dicha condición coloca a Mier en una posición difícil en la próxima legislatura federal, donde solamente será un senador más de Morena, pero no tendrá ningún cargo relevante.
En tanto, el deterioro de su relación con el presidente López Obrador se explica de esta manera:
A lo largo de todo el año 2023, Ignacio Mier hizo creer a propios y extraños de que iba a ser el candidato morenista al gobierno de Puebla porque era el político poblano más cercano, el “más querido”, del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Muchos actores políticos, periodistas y líderes sociales se creyeron esa falsa versión, en la cual se decía que: el jefe del Poder Ejecutivo federal “le debía muchos favores” a Mier Velazco y que, se los iba a apagar con la nominación como aspirante a gobernador.
En realidad, cuentan los enterados, es que el presidente le tenía respeto a Mier y no le consideraba un mal legislador, pero era una mentira de que fuera “su consentido” para ser el candidato de Puebla o que hubiera un acuerdo político para impulsarlo a un cargo importante luego de terminar el sexenio.
Al revés, se dice que fue durante el proceso interno de Morena cuando se fue borrando esa buena opinión que tenía el mandatario del legislador oriundo de Tecamachalco.
Fueron muchos los errores que cometió el señor Morenacho, que era su sobrenombre en la campaña interna de Morena, como el abusar al sostener que Andrés Manuel López Obrador le había “ofrecido” ser el próximo gobernador de Puebla.
Que Mier ignorara los múltiples llamados que le hicieron, desde Palacio Nacional, a que frenara su onerosa campaña de promoción como aspirante a candidato a gobernador y que estuviera, a nombre del Gobierno de la República, ofreciendo “favores” a empresarios que habrían aportado dinero a sus actividades proselitistas.
Y “la gota que derramó el vaso”, la actitud rebelde que tomó frente a la designación de Alejandro Armenta Mier como abanderado de Morena al gobierno de Puebla. Sobre todo, porque hubo un momento en que se detectó al señor Morenacho muy cercano los partidos de oposición para buscar ayudarlos a derrotar a la 4T.
clh