Los hijos de Massive Caller

La empresa Massive Caller a nadie engañó, siempre se supo del uso de un robot computarizado para realizar sondeos con un margen de rechazo del 100 por ciento.

Los culpables de mentir a poblanos y poblanos son los candidatos de la alianza PRI, PAN y PRD, quienes usaron a la firma como su arma de propaganda para descalificar a otras casas encuestadoras y lanzar mierda al adversario.

Siempre difundieron sus resultados, sin la mínima fe de erratas que merecía desde hace tiempo Massive Caller. Jamás corrobaron aquellos medios y periodistas que en la justificación de los equilibrios mediáticos, mintieron con sus candidatos de la oposición.

El absurdo fue total que mientras Televisa proyectaba y entrevistaba a Alejandro Armenta por su triunfo en Puebla, el candidato Eduardo Rivera se agarraba de la encuesta de Massive Caller para decir que ganó. Igual que Javier López Zavala ante la victoria de Moreno Valle en 2010.

Voceros, candidatos, periodistas, medios digitales y supuestos influencers de redes no se cansaron de mentir. Ya Pepe Chedraui celebraba con Armenta, pero los mismos de siempre divulgaron la mentira que Mario Riestra iba arriba en los comicios.

Lo que hicieron con la mentira llamada Massive Caller fue difundir sus resultados para lastimar con dolo a los candidatos de Morena que en el caso del Estado y la Capital dieron una madriza con votos, esos que no contará jamás su casa encuestadora.

Hubo hasta quien defendió su trayectoria historia. Los medios sabían que esas encuestas eran la peor mentira, pero no les importó ni siquiera su audiencia.

¿Qué van a decir ahora?

¿Cuál es su justificación?

¿Dónde quedó eso de que la moneda está en el aire?

Seguro se quedan contentos con lo cobrado en el PAN para difundir mentiras, pero lo único que no podrán compra es la credibilidad.

A ver, se puede uno equivocarse, pero si la mentira se usa como arma de propaganda para engañar a las audiencias, entonces hoy sabemos que además del PAN, PRI y PRD se irán al basurero de la historia esos voceros.

Sí, por impresentables.

 
clh