Zozobra

La calma que la tarde de este jueves se percibió en el Centro Histórico, previo a la jornada comicial del llamado “súper domingo”, ya próximo, bien podría definirse como el que presagia la tormenta en lontananza.

Las calles del primer cuadro de la capital, escena de la agitada vida pública poblana, fue diferente, con una notable ausencia de automóviles y de los infaltables claxonazos por el apremio sin pausa de la gente de siempre. Sin el trajín cotidiano que todos hemos visto y vivido.

No fue un día común ni parecido al de otros en la semana que termina. Fue distinto porque ni siquiera los comederos de la clase política tan concurridos tuvieron comensales. Las mesas vacías, con la lata de las moscas zumbando y los meseros en medio del tedio de una jornada aburrida, sin gente ni comandas.

El registro de la inusual actividad pasiva en el corazón de la capital poblana no pasó inadvertido para quienes desde la trinchera periodística han visto el correr de la historia en un microcosmos en el que todo sucede: encuentros y disputas políticas según ha dictado militancia, ideología o afinidad de grupos de interés.

Algunos de los mas experimentados en la cobertura noticiosa hablaron de una similitud casi sobrenatural en el ambiente de la tarde de este jueves atípico, al que se respiró previo al de la jornada del primer domingo de julio de 2018, hace seis años.

Uno de los colegas del gremio profundizó en el recuerdo del pasado en el que como este domingo 1 de junio, estaba en juego la Presidencia de México, gubernatura, Congreso de la Unión y presidencias municipales.

Ayer miércoles, dijo con el prodigio puntual de la memoria, se cumplieron seis años exactos en que Eukid Castañón -operador entonces del difunto Rafael Moreno Valle, habló por teléfono para amenazar a Verónica Vélez, la muy cercana colaboradora del difunto Miguel Barbosa, candidato entonces por la coalición Juntos Haremos Historia.

Era el preludio de lo que el día de la elección quedaría marcado como violenta jornada instrumentada desde la cúpula del PAN de Ricardo Anaya y del despacho del ex gobernador Moreno Valle para imponer a Martha Erika Alonso en Casa Puebla, por las buenas o por las malas.

Y así fue, una tarde de pesadilla que aún seis años después está en el imaginario por la sangre derramada o porque el periodo transcurrido ha sido insuficiente como para que la memoria se borre del día de oprobio mientras en el país entero se desarrollaba una elección ejemplar. A saber.

Epicentro de toda actividad política, desde las manifestaciones públicas hasta los acuerdos inconfesables, nuestro Centro Histórico no fue el mismo de siempre.    

El largo silencio, inusual general en la antesala del proceso quedó sellada por un conjunto de personas que en distinto momento, pero mismo espacio, se prometieron salir a votar temprano y guardarse en casas como medida precautoria. No vaya a ser, fue la consigna en diversas charlas con el autor de la Parabólica.

No se ha olvidado y aún se le teme al fantasma que como jinete del Apocalipsis amenaza con regresar por lo que no debería ser patrimonio propio: la paz ciudadana.

@FerMaldonadoMX