Lo que pase en Morelos y la CDMX decidirá si en Puebla es hombre o mujer el candidato de la 4T

La definición del género en la candidatura a gobernador de Puebla por la 4T va a depender de lo que ocurra en las entidades vecinas de la Ciudad de México (CDMX) y Morelos, que son las tres demarcaciones que en Morena han sido catalogadas de mediana competitividad para esta fuerza política. En este grupo, necesariamente, tendría que haber dos aspirantes mujeres y un hombre, lo que complica mucho el escenario para que la nominación recaiga en los tres postulantes –Alejandro Armenta, Ignacio Mier o Julio Huerta— que llevan meses desplegando actividades proselitistas para intentar alcanzar esa posición.

Según trascendidos de la cúpula nacional de Morena es que se intentará que, en acatamiento a la norma de paridad de género, en 60 por ciento de los nueve estados en que habrá renovación de gobernadores –en 2024— las candidaturas sean para mujeres. Lo que significa que habría cinco nominaciones femeninas y cuatro masculinas.

Aunque podría intentarse que fuera a la inversa, cuatro candidatas y cinco candidatos, pero se corre el riesgo de que por medio de litigios echen abajo ese esquema. Sobre todo, por la animadversión que se percibe de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación hacia Morena.

El esquema se vuelve todavía más complejo por la disposición de que, ahora, no solamente se debe de cubrir una cuota de candidaturas para mujeres, sino se les debe postular en plazas competitivas, es decir que sean sitios con altas posibilidades de triunfo. No como antes que se colocaba a las féminas principalmente en los estados, los distritos o los municipios en que se sabía –de antemano– que no había probabilidades de ganar las votaciones.

Bajo esa lógica, en Morena se han planteado tres agrupamientos para definir las candidaturas, con base al nivel de competencia de cada uno de los nueve estados en que habrá comicios de gobernador, que son de la siguiente manera:

Primer grupo: ahí están los tres estados más competitivos, en los que Morena tiene una ventaja muy amplia para ganar los próximos comicios locales. Se trata de Tabasco, Veracruz y Chiapas. En donde tendría que nombrarse dos candidatas y un candidato.

Segundo grupo: acá debe haber dos candidatas y un candidato. Son las demarcaciones de mediana competencia para la 4T. Hay posibilidades de ganar, pero la contienda está reñida con la oposición. Se ubica en este sitio a la CDMX, Morelos y Puebla.

Tercer grupo: lo forman Guanajuato, Yucatán y Jalisco. Es el segmento en que la ventaja la lleva la oposición. Los dos primeros estados son bastiones del PAN y el tercero de Movimiento Ciudadano. En este tercer apartado, Morena llevaría dos candidatos y una candidata.

De los tres grupos, el más complicado es el segundo, donde está Puebla.

En el primer segmento todo parece que está resuelto. En Tabasco podría ser postulada Rosalinda López, la hermana de Adán Augusto López Hernández, el gobernador con licencia y exsecretario de Gobernación. Ella es la delegada del Sistema de Administración Tributaria en esa entidad y lleva dos años expresando sus aspiraciones de competir por la titularidad del Poder Ejecutivo.

Zoé Robledo Aburto, el director del Seguro Social, parece tener “amarrada” la nominación en Chiapas y lo mismo ocurre en Veracruz con Rocío Nahle García, la secretaría de Energía, quien, si logra en los siguientes meses que arranque la producción en la refinería de Dos Bocas –recientemente inaugurada–, ya no tendrá ningún obstáculo para buscar ser gobernadora de las tierras jarochas.

El segundo grupo, en donde está Puebla, tiene la siguiente peculiaridad: hasta no hace mucho, parecía que solo había hombres con posibilidades de ser los candidatos a gobernador, cuando tendría que haber dos mujeres y un hombre en el reparto de las postulaciones.

Ese esquema parece ya haberse aligerado un poco porque en Morelos ha cambiado el panorama electoral en la 4T.

Hasta hace unas semanas parecía que el candidato natural en Morelos era Rabindranath Salazar Solorio, el exdirector del Banco del Bienestar.

Esa condición ya se modificó radicalmente con la irrupción de dos mujeres: Margarita González Sarabia, quien hace 15 días renunció a la dirección general de la Lotería Nacional para buscar la postulación de Morena y Lucía Meza, quien de la misma manera, hace un mes, pidió licencia como senadora de la República con similar propósito.

Lucía Salazar encabeza las encuestas que miden la popularidad de los morenistas, pero ahora le afecta que se ha exhibido su cercanía con el ex gobernador de Morelos, el perredista Graco Ramírez; así como con el fiscal de Justicia en desgracia, Uriel Carmona, quien está detenido –desde el fin de semana— por encubrir un feminicidio. Y quien va en el segundo lugar de los sondeos es Margarita González.

Las plazas de Puebla y la CDMX se han convertido en las más complejas para que la 4T decida a los candidatos a gobernador, en el primer caso, y jefe de Gobierno, en el segundo caso.

Para la capital del país hay tres tiradores: Omar García Harfuch, quien va en el primer lugar de las encuestas, pero ha trascendido que en Palacio Nacional no quieren al secretario de Seguridad Ciudadana como candidato, por su pasado en la Policía Federal en la época del sexenio del expresidente Felipe Calderón.

Mario Delgado, el presidente nacional de Morena, quiere buscar la postulación en la capital del país. Tiene un buen margen de popularidad. El problema es que está obligado a ser dirigente del Partido de Regeneración Nacional hasta 2024. Sorpresivamente se sabe que su grupo político fue el que impugnó la ampliación de su mandato, que concluía en el presente mes, pero el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no aceptó el recurso de inconformidad.

Ricardo Monreal Ávila, senador con licencia, quiere negociar a su favor la candidatura de la CDMX, luego de que se reconcilió con el presidente Andrés Manuel López Obrador y dejó a un lado su actitud rebelde dentro de la 4T. El problema es que no es suficientemente competitivo contra el PAN, que registra un importante crecimiento por el aumento del llamado voto “anti-AMLO”, que surge de la derecha y algunas capas de la clase media.

La única mujer en la competencia es Clara Brugada Medina, la alcaldesa de Iztapalapa, quien sería la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador y tiene un buen índice en la intención del voto. La objeción que hay en su contra, es que por su perfil –de izquierda y ser la gobernante de una de las zonas más populares de la capital— su posible candidatura sería muy vulnerable frente a una derecha y clases medias muy enconadas con la 4T.

Si Clara Brugada logra ser la candidata en la CDMX y en Morelos la nominación se decide entre Margarita González o Lucía Meza, en Puebla el abanderado de la 4T será varón, y se decidirá entre Armenta, Mier y Huerta.

Pero si en la capital el nominado es Monreal, Delgado o García Harfuch, las aspiraciones de Huerta, Mier y Armenta, se podrían ir al bote de la basura.

Y entonces la postulación sería para una mujer, en el grupo formado por: Olivia Salomón, Claudia Rivera, María Luisa Albores –que nada le impide ser nominada, aunque ella se desistió de esta posibilidad– y Liz Sánchez.