¿Sobrevivirá el grupo político de Barbosa?

Luego de la muerte de Luis Miguel Barbosa Huerta queda la duda de ¿qué tanta capacidad tendrá su grupo político de sobrevivir?, ¿por cuánto tiempo?, ¿logrará evitar el final fatal que tuvo la facción morenovallista hace 4 años? y ¿qué tanto podrá incidir en la sucesión gubernamental de 2024?

La elección de Sergio Salomón Céspedes Peregrina –a la media noche de este miércoles– como gobernador sustituto parece ser un tanque de oxígeno para el gabinete barbosista, luego de que el expresidente del Congreso local, junto con Julio Huerta, el subsecretario de Gobernación, se habían convertido en los dos principales operadores políticos de Luis Miguel Barbosa Huerta.

Sin embargo, se ignora cuál es el estilo que va a imprimir a su gestión de dos años el nuevo mandatario, que tiene una característica muy peculiar: se cambia de lealtades políticas como mudarse de ropa, pues su carrera como servidor público se inició en el PRI, luego se volvió al morenovallismo y acabó en Morena en un corto periodo de apenas 9 años.

Trascendió que antes de asumir el cargo de titular del Poder Ejecutivo del estado se habría comprometido a preservar la mayoría de las posiciones del gabinete que colaboraba con Barbosa Huerta. Aunque, una cosa es ofrecer algo antes de tener el cargo y otra muy distinta es, cuando ya tenga totalmente el poder y las riendas del gobierno del estado.

La vida política de Puebla está llena de historias de hombres de poder que ofrecieron lealtades a quienes los ayudaron a escalar una posición y luego, en la primera oportunidad, los traicionaron o ignoraron sus compromisos.

Con Sergio Salomón Céspedes Peregrina hay la impresión de que alguna manera Luis Miguel Barbosa Huerta lo preparó para intentar que fuera su sucesor, bajo el entendido de que aspiraba a ser candidato de la 4T en 2024 y no que hubiera el cálculo de una muerte del mandatario.
 

Dos hechos constatan esa condición:

Primero: en las dos últimas visitas de promoción política a Puebla de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y quien se perfila como principal aspirante a la candidatura presidencial de Morena, el entonces gobernador permitió que Céspedes Peregrina, junto con la secretaría de Economía, Olivia Salomón, tuvieran una amplia cercanía con la mandataria de la capital.

Segundo: de los aspirantes a ser el candidato a la gubernatura que son del grupo de Barbosa, al único que se le permitió y se le ayudó a acercarse a los alcaldes de todo el estado y militancia partidista, con el apoyo de la Secretaría de Gobernación, fue a Sergio Salomón. A los otros suspirantes se les limitó en esa posibilidad.

Hace 4 años exactamente, la muerte inesperada y trágica de la entonces gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo provocó que el grupo morenovallista se desplomara como un castillo de naipes.

En mucho porque el jefe de la facción, Rafael Moreno Valle Rosas, como parte de su condición de autócrata no permitió –fuera de su esposa Martha Erika Alonso Hidalgo— que creciera algún otro liderazgo político.

Con Luis Miguel Barbosa Huerta tampoco crecieron muchos liderazgos. Sobre todo, en el ámbito del gabinete estatal y el Partido de Regeneración Nacional.

Una de las pocas figuras que, si permitió que tomara una ruta ascendente en la estructura política de la 4T en Puebla, fue Sergio Salomón, que eso no significó que aumentara su índice de popularidad, que actualmente es muy bajo.

Por eso resulta de gran ganancia para Céspedes Peregrina llegar a la titularidad del Poder Ejecutivo por un periodo de solo dos años, ya que por su reducido índice de popularidad no tenía garantizado obtener la candidatura de gobernador en 2024 y para abarcar un sexenio.

Su llegada a la cúpula del gobierno del estado, por ahora, plantea la posibilidad de que podría darle vida al grupo político de Luis Barbosa Huerta hasta que termine el actual periodo oficial.

O eso es lo que parece.

Habrá que esperar si hace cambios en el gabinete o sigue con los mismos colaboradores del hombre que le abrió las puertas de la 4T.