La Reina Isabel de Inglaterra y los famosos mosaicos poblanos

Fue un lunes 24 de febrero de 1975 en el Zócalo de la Ciudad de México, entonces llamado Distrito Federal, cuando la Reina Isabel II de Inglaterra tenía 49 años de edad. Estaba plena de vida, rozagante, vino a México de paseo por una semana. Le acompañó su esposo el Príncipe Felipe y otros familiares.

De acuerdo a Roberto Zamarripa, quien publicó recientemente en el diario Reforma una estupenda crónica de la presencia de la soberana inglesa en México, ese día en el zócalo en la parte de la plancha monumental estaba alumnos de escuelas de la capital del país desde las seis de la mañana, tiritaban de frío sin poder descansar, de pie, en playera y shorts y tenis blancos.

En una gigantesca tribuna estaban alumnos de Puebla que elaboraban en esos viejos tiempos los famosos mosaicos.

La Reina Isabel llegó a Ciudad de México procedente de Quintana Roo, donde arribó en barco a Puerto Morelos y de ahí viajó a la capital en un avión de British Airways. En el aeropuerto la recibió el Presidente Luis Echeverría con su esposa María Esther Zuno.

La visita fue transmitida por televisión en cadena nacional. Hubo vallas humanas en las calles. Echeverría gozaba de las mieles del poder. La Reina representaba un poder mundial no tan devaluado como el de ahora y Echeverría necesitaba de esas imágenes de legitimidad ante México y el mundo.

A la usanza de entonces, le prepararon una recepción multitudinaria para un viaje que en realidad fueron unas dulces vacaciones de una semana para ella y su familia. Fue a Teotihuacán, a Guanajuato a ver las momias y conocer la hazaña de El Pípila; a Acapulco a disfrutar de las playas y visitar La Quebrada; fue a Oaxaca, a Yucatán y Veracruz, donde zarpó de regreso.

Llegó a la capital el Día de la Bandera. En unas tribunas colocadas sobre el Zócalo, a todo lo ancho, frente a los portales donde están unas joyerías, ubicaron a los famosos niños de Puebla que hacían mosaicos con cartulinas.

Miles de niños que formaron mensajes de bienvenida en inglés y español y otros que dibujaban los rostros de Echeverría y de Isabel II y un mosaico donde en movimiento Chaplin y Cantinflas se abrazaban. Esos niños estaban sentados y deberían cambiar con destreza sus cartulinas para formar las figuras y las letras.

Otros cientos de niños vestidos de blanco estaban parados en el Zócalo y eran de las escuelas públicas de la capital. Fueron a cantar, a entonar dos himnos: el Nacional Mexicano y el Canto a la Bandera, una pieza escrita por el poeta guanajuatense Rafael López con música de Julián Carrillo.

La Reina pasó frente a los niños, vestida de verde limón y saludó con su mano en alto. Echeverría iba gozoso. Dicen que Isabel II quedó muy contenta con el espectáculo.

Los niños del entonces Distrito Federal regresaron a sus escuelas y fueron conocidos como los niños que le cantaron a la Reina, ella se fue para Acapulco y los niños poblanos regresaron a su entidad.

HISTORIA DE LOS MOSAICOS

De acuerdo a Francisco Sánchez Nolasco del diario Intolerancia, el creador de los famosos mosaicos poblanos fue un poblano por adopción, el Teniente Coronel de Caballería Raúl Velasco de Santiago.

El militar llevó el nombre de Puebla al extranjero como una muestra de disciplina de la juventud. Los mosaicos vivientes de los años sesenta fueron un modelo a seguir por diferentes países del mundo, incluida la entonces Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), cuando organizó los Juegos Olímpicos de 1980.

Velasco de Santiago, se mantuvo cerca de la escuela que fue su pasión y ejemplo de un modelo educativo, el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH).

Nació en la ranchería El Retiro del estado de Coahuila, el 1º. diciembre de 1921. Fue el primero de ocho hermanos y en 1957 fue llamado por el General Rafael Ávila Camacho para participar en el proyecto del nuevo modelo educativo, que se impulsaba desde Puebla creando centros escolares.

Fue uno de los fundadores del CENHCH en el año de 1957; el 1º. febrero fue nombrado Prefecto y duró en cargo hasta el 9 de julio de 1991, pues el 10 de julio fue Director General y se desempeñó hasta el 22 de febrero de 1994.

En uno de sus viajes a Europa en la década de los sesenta, se dio cuenta que en algunos lugares se presentaban murales con mosaicos humanos, pero eran pequeños y le surgió la idea de hacerlos grandes, primero en la pista verde del CENHCH y posteriormente con otras instituciones educativas para que fueran monumentales.

La primera prueba de fuego fue en 1968 en los Juegos Olímpicos en México, luego los presentó en el Mundial de Futbol México 1970. Años después fueron la atracción en el desfile deportivo que se realizaba en la capital del país el 20 de noviembre para recordar el inicio de la Revolución Mexicana.

La fama de los murales de Puebla fue tal que organizadores de eventos como los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 llegaron a estudiarlos para presentarlos durante el evento.

Al paso del tiempo y la llegada de diversos gobernadores la costumbre se fue perdiendo.

leticia_montagner@hotmail.com

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Leticia Montagner

Leticia Montagner es licenciada en Periodismo y tiene la maestría en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Doctorada en Derecho y Género. Fue catedrática de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Es pionera en Puebla de noticiarios y programas radiofónicos con perspectiva de género desde 1997. Conductora de programas de radio y televisión en Puebla. Actualmente es catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, escribe una columna política los miércoles en El Sol de Puebla y conduce la Revista ABC en ABC Radio 1280 de AM.