Por qué en Puebla la coalición Va por México también podría perder
Un estudio de prospectiva electoral elaborado por el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE Business School) sobre las elecciones del primer domingo de junio arroja luces sobre lo que podríamos esperar de los comicios locales a realizarse ese día.
El estudio titulado “México 2021: la elección intermedia más importante de nuestra historia”, anticipa que la coalición encabezada por Morena podría mantener la mayoría parlamentaria en la próxima Legislatura federal, ganar 9 de las 15 gubernaturas y más de la mitad de las 1 mil 63 diputaciones locales que estarán en juego.
Varios son los factores que el profesor del área de Entorno Político y Social del IPADE, Rodrigo de León González, enumera para arribar a estas conclusiones: la aprobación de AMLO después de nueve trimestres, sobre todo entre jóvenes de 18 a 29 años y entre adultos de 30 a 49 años y de baja escolaridad, y los niveles de confianza y aceptación que el presidente López Obrador ha logrado mantener entre aquellos que creen que ha disminuido la corrupción y se gobierna con mayor honradez y en beneficio de los pobres.
En otras palabras, la coalición Juntos Haremos Historia se perfila como ganadora de las elecciones intermedias por el voto duro de AMLO, porque los votantes moderados que lo apoyaron en 2018 pero critican su desempeño y avances podrían ampliarle el bono democrático, porque muchos de los decepcionados no votarán por la oposición, ya que en los partidos que conforman la coalición Va por México no hay liderazgo ni figuras mediáticas relevantes, y porque los votantes que la coalición encabezada por Morena perderá respecto a 2018 los compensará con los beneficiados de los nuevos programas sociales del gobierno lopezobradorista.
Aunque el estudio del profesor del IPADE no hace referencia a Puebla, contiene datos que nos llevan que a pensar que ese escenario nacional podría replicarse en el ámbito estatal, al grado que Morena y sus aliados también podrían ganar la mayoría parlamentaria en la próxima Legislatura local y retener algunas de las presidencias municipales que hoy gobiernan.
Entre estos, los siguientes: que Puebla se ubica entre las entidades con alta aprobación de AMLO y en febrero estuvo una décima de punto arriba del promedio nacional; que los partidos con el mayor nivel de rechazo son los que conforman la coalición Va por México (PRI, PAN y PRD); y que el 41.4% de los mexicanos cree que estos partidos no debieron aliarse porque tienen ideologías que son contradictorias.
Adicionalmente habría que apuntar que estos partidos llegan a la contienda fracturados por divisiones internas, sin un discurso convincente que los unifique en torno a objetivos concretos y tangibles, y sin candidatos carismáticos o populares.
Tienen a su favor —pero sin que hasta ahora lo hayan capitalizado—, que el gobernador Luis Miguel Barbosa y los principales alcaldes surgidos de Morena y el PT están mal evaluados, con calificaciones reprobatorias; que entre los candidatos de Morena tampoco hay figuras destacadas y respetables, y que en Puebla el gobernador y Morena están si no enfrentados, sí distanciados.
Otra debilidad estructural del PAN, PRI y PRD es que se trata de una coalición a medias, pues en la elección de diputados federales y locales van aparentemente unidos, pero en los comicios para presidentes municipales van solos e incluso con candidatos que se contraponen.
Pero esa historia mañana se la cuento.
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