Dudas e inquietudes electorales
¿De qué lado jugarán los principales operadores o ingenieros electorales en los comicios intermedios de 2021?
Ya hemos visto que estos actores políticos no se mueven por cuestiones ideológicas o partidistas, sino por quien remunera o paga mejor sus servicios electorales.
En una elección cerrada o muy competida donde la participación sea menor al 60% del listado nominal, los operadores electorales pueden marcar la diferencia entre una derrota y una victoria.
De ahí mi pregunta inicial.
Varios de estos ya trabajaron o colaboraron con el hoy gobernador Luis Miguel Barbosa en su segunda campaña por la gubernatura de Puebla, en las elecciones extraordinarias de junio de 2019.
Pero no de manera directa, sino a través de intermediarios que ya no están en su gobierno o que nunca fueron convocados a formar parte de él, como se imaginaron.
Simplemente fueron marginados o relegados después de la elección. Y varios de ellos, por no decir casi todos, se fueron inconformes por la forma en que se les trató o por las acusaciones de que se clavaron los recursos que recibieron para movilización y compra de votos.
Por eso la pregunta: ¿con quién trabajarán ahora los operadores electorales: Lo harán para Morena con el patrocinio de la 4T de Puebla, para el PRI cuyas posibilidades de triunfo son remotas en el Congreso y los ayuntamientos de los principales municipios o para el PAN que siempre los ha despreciado, con excepción de Rafael Moreno Valle y José Antonio Gali Fayad?
La duda mata.
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La reforma electoral aprobada este miércoles por el Congreso del estado ya tuvo sus primeras consecuencias: la inminente expulsión de tres diputados de las filas del PT que la votaron a favor en desacato de una instrucción nacional.
Los expulsados serían los legisladores Raymundo Atanacio Luna, Guadalupe Muciño Muñoz y la plurinominal María del Carmen Cabrera Camacho.
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