Juan Pablo Mirón, en capilla o la mira de la 4T

Un consejero electoral que podría no correr la misma suerte del renunciado presidente del Instituto Electoral del Estado (IEE), Jacinto Herrera Serrallonga, es Juan Pablo Mirón Thomé.

Este consejero, cuyo nombramiento se lo debe a Luis Maldonado Venegas y al morenovallismo, podría ser removido, por no decir destituido, por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE).

Sin embargo su salida, sería muy diferente a la de Jacinto Herrera junior.

A éste le dieron la oportunidad de presentar su renuncia, antes de ser defenestrado. A éste por lo menos le avisaron que la espada de Damocles estaba por cortar su cabeza y que antes de que eso sucediera sería mejor que renunciara para evitar el escarnio público.

El martes 20 de agosto, en el marco de una reunión nacional de presidentes de los Organismos Públicos Locales Electorales (Oples) y vocales ejecutivos locales del INE en Toluca, Estado de México, a Jacinto Herrera y a otros dos de sus homólogos se les pidió presentaran su renuncia, antes de ser removidos.

Con Juan Pablo Mirón la historia sería diferente, ya que no hay la intención de correrle la cortesía, y tampoco a su padrino político, el consejero nacional del INE, Marco Antonio Baños Martínez.

La presidenta de la Comisión de Quejas y Denuncias del INE, la consejera Claudia Zavala Pérez, ya declaró que el Instituto tiene facultades para designar o remover a consejeros en funciones, no para abrir procedimientos a ex consejeros que ya concluyeron su periodo o que renunciaron a sus cargos.

Es por eso que Jacinto Herrera Serrallonga prefirió renunciar, y otros ex consejeros como Flor de Té Rodríguez SalazarFederico González Magaña y Claudia Barbosa Rodríguez, están relativamente tranquilos de que ninguna investigación del INE podrá alcanzarlos o sancionarlos.

El que parece que no ha entendido las señales, ni advertido que el manto protector que lo cubría es cosa del pasado es Juan Pablo Mirón.

Éste, a diferencia de otros consejeros del IEE como Luz Alejandra Gutiérrez Jaramillo y José Luis Martínez López, que incluso fueron opositores o críticos del morenovallismo, parece no darse cuenta que la 4T de Puebla no busca quién se la hizo sino quien se la pague.

Si la Comisión de Quejas y Denuncias del INE no lo sanciona o remueve, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales de Puebla (Fepadep), dependiente de la Fiscalía General del Estado (FGE) será quien le ajuste cuentas y le pase factura.

Y si no, al tiempo.

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