Chignahuapan y sus esferas por México

Qué mejor que estos días de diciembre, cuando el 25 se celebra el día de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, para hablar de Chignahuapan, un Pueblo Mágico, que entre otras cosas con el trabajo durante muchos meses, cientos de artesanos fabrican la navidad de México a través de esferas de vidrio que cada año tienen nuevos colores y formas.

Un 80 por ciento de la actual población de 60 mil habitantes, durante todo el año se dedican a elaborar las esferas navideñas de vidrio, pero además hacen adornos para eventos diversos, bodas, aniversarios de empresas, celebraciones familiares y un largo etcétera.

Los hombres y mujeres con mayor edad en la región concuerdan que el inicio de esta artesanía fue gracias a don Rafael Méndez Núñez, originario de Tlalpujahua, Michoacán, que llegó a la Sierra Norte de Puebla en 1968, donde compartió su actividad con los vecinos, formó una familia y cuando falleció, fue enterrado en Chignahuapan.

Existen a la fecha 407 talleres familiares, mismos que de acuerdo a estimaciones municipales, producen cada año 70 millones de cajas de esferas que se distribuyen a todo el país y algunos lugares de Estados Unidos.

De acuerdo a un despacho de la agencia informativa Notimex, la principal casa de producción se llama El Castillo de la Esfera, un gigantesco taller que emplea el 30 por ciento de los 407 talleres familiares, lo que beneficia a los empleados al contar con un ingreso seguro y con prestaciones de ley.

Mujeres y hombres frente a un soplete manipulan varillas de vidrio como si fueran chicle hasta obtener un fragmento. El primer paso es el globeo donde los artesanos colocan un extremo de este fragmento en su boca y el otro al fuego que está al rojo vivo; con sus pulmones soplan hasta obtener un globo transparente, el cual puede ser de varios tamaños.

Después de la etapa del globeo, todas las esferas transparentes pasan al taller de metalizado. Para lograr el tono plateado en las esferas, éstas se colocan en las bases metálicas que les llaman arañas, posteriormente las introducen a un carro circular, el cual trabaja con fragmentos de tungsteno y grapas de aluminio.

Con el carro lleno se coloca en una cámara de vacío donde las esferas pasan por un procedimiento de 20 minutos, donde se evaporan las grapas de aluminio y las esferas terminan plateadas con un acabado tipo espejo.

Después pasan las esferas al taller de pintura, donde les dan color a miles de esferas. Se sumergen en cubetas y tinas de pintura, se colocan en las mesas con aserrín para el secado, gracias al calor que produce el proceso de globeo.

En el taller de decoración, con destreza, paciencia y la ayuda de los pinceles se diseñan totalmente a mano, formas caprichosas sobre las esferas, los artesanos echan andar su imaginación y plasman su ingenio en cada una de las esferas, ya sean hojas, flores, grecas, bastones o todo cuanto imagine su mente.

Existe un taller de manualidades para colocar piezas de tela u otros elementos que resaltan el diseño de las esferas, como puede ser los lentes de Santa Claus, pelo de ángel, sombreros de tela, fieltro, lazos, diamantina, brillos, hasta serie de luces led para realzar los diseños.

La penúltima etapa es el encasquillado y empacado, donde los artesanos colocan los ganchos y el casquillo en las esferas para que éstas puedan colgarse del árbol o de cualquier otro objeto. Luego pasan al área de empaque donde en camas de plástico con separadores se protege a las esferas; se colocan en cajas de cartón y se cubren con una pantalla transparente para que, una vez guardadas, los compradores vean el producto sin necesidad de tener que manipularlo o corran el riesgo de romperlas.

Este año de 2018, los diseños de moda son las esferas de unicornios, el grinch y las esferas en tono pastel. Algunos diseños se complementan con piezas de forjas, madera y luz, para así innovar con lo hecho el año pasado y que los compradores encuentren algo diferente.

A lo largo de las calles del centro de Chignahuapan los aparadores lucen esferas de vidrio de todos tipos y colores.

Pero en Chignahuapan no solamente hay esferas navideñas. Existe una estatua dedicada al famoso comediante Ricardo Henaine "Capulina", la laguna de Almoloya, la cascada el Salto de Quetzalapan, el balneario de aguas termales, así como la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción.

Hay manufactura y tejido de gabanes, jorongos, en telares de cintura o de pedales; se fabrican muebles rústicos. En alimentos es famoso su mole, el aún más famoso chicharrón prensado en canastillas y pan de queso, dulces cubiertos de calabaza, tejocote, conservas y jaleas de diferentes frutas, jamoncillo de pepita y de piñón. También se pueden degustar las cremas y vinos de frutas.

Cada año, según el alcalde Francisco Javier Tirado, llegan de 100 mil visitantes al Pueblo Mágico, del 7 al 9 de diciembre, por las festividades religiosas en honor de la Inmaculada Concepción. Este año se colocó un árbol de navidad de 65 metros de altura y una esfera metálica de 10 metros de diámetro en el zócalo de Chignahuapan.

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Leticia Montagner

Leticia Montagner es licenciada en Periodismo y tiene la maestría en Periodismo Político por la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Doctorada en Derecho y Género. Fue catedrática de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Es pionera en Puebla de noticiarios y programas radiofónicos con perspectiva de género desde 1997. Conductora de programas de radio y televisión en Puebla. Actualmente es catedrática de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, escribe una columna política los miércoles en El Sol de Puebla y conduce la Revista ABC en ABC Radio 1280 de AM.