Víctimas de la deportación

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El periódico La Opinión de la ciudad de Los Ángeles, California publicó hace unos días una nota en la que el Pentágono reconoció que, como parte de las fuerzas armadas tiene entre sus filas a 900 soldados sin documentos pero que se desempeñan gracias al permiso otorgado a través del programa DACA.

Pero eso no es lo más fuerte, sino que la mayor parte de estos soldados jóvenes “dreamers” han defendido a Estados Unidos en diferentes batallas, en diferentes partes del mundo y el próximo 5 de marzo, si los legisladores no llegan a un acuerdo con el Presidente Donald Trump, podrían ser deportados.

Las fuerzas armadas aclaran en esa nota que no podrán hacer otra cosa más que acatar la ley y el mandato de la Presidencia. Sin duda el dato es impactante por el esfuerzo que estos jóvenes “dreamers” están haciendo, además de poner su vida en riesgo a cambio de la seguridad del país que ellos sienten como suyo, y que sería pagado con la deportación por parte del gobierno norteamericano.

Y es que los operativos de deportación como lo hemos venido comentando en anteriores espacios, están afectando a gente que produce mucho y de una forma importante no solo para las arcas norteamericanas, sino también en rubros como la seguridad nacional o la investigación científica.

No importa que tan productivo y limpio sea el perfil de los detenidos, para las autoridades migratorias lo único que interesa es que cometió un delito, ingresar ilegalmente y permanecer sin documentos en territorio norteamericano.

De ahí que las verdaderas víctimas de todas estas redadas, de esta vigilancia extrema en centros de trabajo, educativos, en los puntos fronterizos, son paisanos de todas las edades que lo único que quieren es superarse, es aprovechar la oportunidad de salir adelante que les da Estados Unidos y retribuirlo en pago de impuestos, en un buen desempeño laboral o en importantes credenciales profesionales.

En el caso de los jóvenes “dreamers”, la deportación los hará enfrentarse a un país completamente desconocido pues ellos se fueron o fueron llevados desde que eran unos niños, pero en el caso de otros paisanos deportados que no cuentan con permisos como el DACA, enfrentarán el regreso a sus comunidades, de las cuales, muchos huyeron por la violencia que prevalece en ellas.

Porque no debemos olvidar que mucha gente en México empezó a buscar en la migración a Estados Unidos la puerta para salvar su vida y la de su familia, sobre todo, a partir del sexenio del Presidente Felipe Calderón en el que aumentó preocupantemente la inseguridad por el aumento de las luchas internas entre narcotraficantes, sobre todo en los estados del norte del país.

Paisanos que hoy ven como una sentencia de muerte ser deportados a México porque a sus comunidades no ha regresado la paz social y mucho menos la recuperación económica. Sin dejar de mencionar a los niños que viajan solos y que también día con día enfrentan la deportación y hasta el encierro en centros de detención dejando en el olvido la oportunidad de un mejor futuro para ellos.

Todos ellos, contados en miles, pueden ser considerados las verdaderas víctimas de los procesos de deportación de la autoridad migratoria norteamericana, porque para ellos el sueño americano está a punto de terminar para convertirse nuevamente en una pesadilla.

Comentarios vía twitter:@erinife

Correo electrónico: erinife23@gmail.com

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Érika Nieto

Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación y Maestra en Administración, por la UPAEP. Fue reportera del Periódico AL de Puebla y del Noticiero Revista 105 en La Radiante 105. Fue corresponsal para medios de comunicación en Puebla, San Luis Potosí y Chiapas desde la ciudad de Nueva York en Estados Unidos, durante los ataques terroristas del 11 de Septiembre de 2001 a las Torres Gemelas.

También se especializó en el tema de Migrantes durante su paso por la Administración Pública promoviendo el enlace con las diferentes organizaciones de poblanos en el exterior y el Gobierno del Estado. Además es especialista en el área de Relaciones Públicas.